ían generadores para aprovechar la energía humana que se desvanece en los gimnasios. Así, usted llega, se sienta y mientras pedalea, recarga su móvil. ¡Con la energía de sus propias piernas! Además de ser una medida ecológica, tiene su encanto.
Mis propuestas de café de sobremesa pueden rozar la ridiculez, lo sé. Por suerte hay gente que sí se toma muy en serio esto de las energías alternativas. Cabecitas pensando la mejor manera de mantener nuestro ritmo en el planeta sin cargarnos el suelo del que comemos. Sin embargo, a pesar del sol, del viento y de nuestros recursos, hay quienes tienen una mejor y más simple idea: enriquecerse.
Nuestra desgracia vendrá cuando estos últimos nos gobiernen.
La semana pasada el concejal socialista Pedro Zerolo, conocido por el gran propulsor del matrimonio gay en España, anunció que padece cáncer, pero no va a ser de este tema del que voy a hablar en esta entrada sino de la vergüenza que me da la Iglesia, así es, esa institución tan divina y tan mística que, desde mis respetos, me produce auténtico asco por algunas cosas que hay que escuchar.
Pongámonos en situación y, para entender mejor, lo que que quiero transmitir en este escrito comenzaremos con el vídeo de la discordia: