¿Y yo qué es lo que defiendo?

o el arte de autoetiquetarse a uno mismo
Viene de aquí.

Conrado: ¿Entonces tú qué es lo que defiendes, Hugo? A tenor de tus comentarios yo te tenía por marxista.

Yo: Marxista, sí, y anarquista (individualista y comunista), y antiestalinista, y antiparlamentarista, y luddita, y antiprogresista, y romántico, e ilustrado, e inconformista, y decrecentista, y alarmista, y colapsista, y picoilero, y calentólogo, y ecolojeta, y socialisto, y neomalthusiano, y antipatriota, y feminista (de la diferencia), y matriarcal, y permacultural, y neorruralista, y animalista, e infantilista, y antimilitarista, e indigenista, y anarcoprimitivista, y federalista, y cantonalista, y localista, y owenista, y bandolerista, y pirata, y taborita, y zapatista, y majnovista, y tolstoiano, y cristiano, y judío, y benjaminiano, y milenarista, y ateo, y escéptico, y anticlerical, y crítico, y autocrítico (esto ya menos), y pesimista, y determinista, y materialista, y empirista, y antirelativista, y lizanista, y epicureísta, y diogenista, y voluntario, y escritor, y parásito social... y muchas cosas más, pero ninguna por sí sola. Así ya me conoces un poco mejor, aunque autoetiquetarse es muy fácil e incluso un poco esnob. ¡Pero tú me has obligado, don etiquetador!