Ya lo habré dicho de veces. Este blog no se abrió por cuestiones políticas. Quedó claro. Ni por motivos futbolísticos. Ciertos debates se han ido produciendo porque yo soy así: una veleta a la cual la amabilidad y el gusto por las visitas y los comentarios ha dominado. Bueno: uno de estos debates debería quedar zanjado para, exactamente, el momento de la publicación de este post. En ese momento las televisiones están mostrando a sus espectadores esos gráficos modernos y atractivos en 3D que llevan horas preparando, esos que compilan sondeos a pie de urna, que es la curiosa manera como se llaman aquellos que consisten en abordar a las personas que salen con paso distraído de los lugares de votación, henchidos de orgullo democrático y pavoneándose de haber cumplido con su deber ciudadano, tanto que se consideran autorizados para dedicar el resto de la jornada al delito y la impudicia.
Y esto será lo que habrá pasado
(Dedicado a todos aquellos que atribuyen mi escaso acierto en las apuestas deportivas a que siempre apuesto a favor de mi equipo y en contra del Madrid)
DatosJpS: 41,6 % votos, 61 escañosC's: 14,3 % votos, 21 escañosCUP: 11,4 % votos, 15 escañosCSQEP: 10,9 % votos, 14 escañosPSC: 10,7 % votos, 14 escañosPP: 6,8 % votos, 10 escañosOtros: 4,3 % votosJunts Pel Sí acaba de obtener un triunfo contundente. Es la primera fuerza en número de escaños, triplicando a su más inmediato perseguidor. La CUP ha dinamitado todas las apuestas y se ha colocado como una tercera fuerza que es una obvia victoria, pero también una seria advertencia encubierta a Mas: mucha gente no confía en él, y mucha gente va a seguir de cerca sus primeros pasos. La mayoría para el independentismo es muy holgada, supera en 17 diputados a las fuerzas no independentistas, pero el abrumador desequilibrio genera un efecto dominó; algunos diputados de CatalunyaSíQueEsPot interpretan un gesto tan claro por parte del electorado como una clara invitación a que esclarezcan su indefinición, y deciden apelar a la libertad de voto. Será una jugada lógica, pero criticada, pues, ley electoral manda, un alineamiento abierto desde el principio hubiera aclarado las cosas y evitado algo el suspense. Hecho este comentario, muchos callarán: se trataba de evitar movilizaciones de voto adicionales como reacciones a datos muy determinantes de las encuestas. La partida de ajedrez entre partidos, empresas de sondeos, y electorado, ha resultado convertirse en un fascinante juego del escondite. La participación ha sido elevadísima, y mientras unos se lamentan del poder de movilización del bloque independentista, las fuerzas dirigidas desde la capital del estado español empiezan con las clásicas lamentaciones que apelan a la incapacidad para transmitir el mensaje y esas cosas. A la vez se exige (exige) tranquilidad y serenidad, y se relaciona una retahila de cosas que no van a pasar. Quede claro: el estado español, monolíticamente, deniega una vez más posibilidad alguna de que la voluntad expresada en las urnas por los catalanes se tenga en cuenta y se lleve a cabo.Bien: señores que han triunfado y no tienen reparos en mostrar flequillos descontrolados y camisas sudorosas. Les hemos votado para que esas cosas pasen. Han captado nuestros votos con promesas de acciones muy concretas, promesas que incluyen fechas y hojas de ruta. Las queremos, una por una, en su momento, sin faltar lo más mínimo a su esencia, y sin pasos atrás. Esto no es una cuestión de inversión y recursos y de os prometí esto pero me he sentado en la mesa y no puede ser. Todos los pasos. Uno por uno. Esto es una cuestión política y las cuestiones políticas no tienen matices. Voy a tu boda o no voy a tu boda, Estás embarazada o no lo estás. El mensaje transmitido es clarísimo. Quien muestre dudas, quien se haya visto superado por los acontecimientos y ahora matice su convencimiento debe hacerse a un lado. La gente ha sido clara. Mucha gente ha sido muy clara. Como sea, pero fuera de España, lejos del PP y lejos del fascismo encubierto que lleva casi 80 años gobernando nuestras vidas. Eso es lo que hemos dicho. Queremos notarlo ya en unas semanas. Queremos que cambien las cosas para mejorar y notarlo lo antes posible. Eso es lo que esperamos. Si ello representa la desaparición de esa entelequia denominada España, pues precio que pagamos a gusto. Nosotros queremos determinar nuestro futuro, en la medida que podamos, y sin más intermerdiarios a los que abonar comisiones. Es así de sencillo. Es un grito claro o un susurro. Da igual. Es nuestra voz. El resto es ruido.