No se sabían las expectativas. No porque se fuese pesimista, si no porque realmente no sabíamos la repercusión que estaba teniendo el movimiento.
Bajé junto a algunos amigos y compañeros en la parada de Sol (la que en la foto se ve rodeada de gente) y caminé hacia Cibeles, en sentido contrario de la mani para encontrarme con ella.Cuando alcé la vista no podía creer lo que veía. Cualquier expectativa había sido superada con creces. ¿20.000? No, más. Eramos más de los que podríamos haber pensado.
¿Los medios? No estuvieron. Aunque al final se hicieron eco (la avalancha de críticas en Twitter fue abrumadora), podemos poner como ejemplo el de Público, que ilustró su noticia con una foto de un tuitero. No es de extrañar cuando no te preocupas por cubrir una manifestación.Lo de siempre.
Se leyó el manifiesto al finalizar la marcha mientras llegaba el grueso de la mani (el cortijo de Juventud Sin Futuro, etc). Se colocó una pancarta grandísima en el edificio de Tío Pepe (el que en la foto aparece con el andamio).
¿Es para ser optimistas? Pues un poco. La chispa ya ha surgido, la mecha está en camino, y el petardo veremos cuando llega.Sería exagerado calificar esto como un ambiente "prerevolucionario" porque no lo es. Pero algo tiene que estar cambiando cuando se reunen 30.000 personas en una manifestación que no ha sido organizada por ningúna organización política o sindical (más los que se reunieron en Barcelona, Valencia, Murcia y todas las demás ciudades).Algo tiene que estar cambiando, porque la gente está pasando de estar resignada a estar indignada.
Ya hay una sentada organizada en Madrid (en la misma plaza de la foto).
Hay insumisión. ¿Era posible esto hace 1 o 2 meses?Ya dijimos que la mani de Juventud Sin Futuro era solo el comienzo. Ni siquiera la punta del iceberg. El ejemplo de ayer es el poder de convocatoria de un movimiento ciudadano que ha surgido en la red y que se ha desarrollado en la calle con total éxito.
¿Ahora qué? Pues ahora a continuar. Otra manifestación, otros actos de protesta, más campañas de concienciación a pie de calle para convocar a la ciudadanía, etcétera.
Seguramente hoy muchos que se jactaban de que la juventud española estaba sometida y dormida, ven como esto se les está llendo de las manos.Esos que tanto hablaban de que los pueblos de España nunca se levantarían, tienen que comerse hoy sus palabras.
Ayer se vió el ejemplo de que la gente no está dispuesta a pagar los desmanes de los que han causado esta crisis y que quieren hacernosla pagar.No van a pasar.