Revista Coaching

¿ya llega el espíritu de la navidad?

Por Mbbp

¿YA LLEGA EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD?

Falta poco más de una semana para que llegue la Navidad a nuestra vida! Su “espíritu”, día a día, va conquistando nuestro corazón… y nuestras calles! Basta con ver y oír lo que deambula por ellas y en los comentarios de la gente! Compras, regalos, recados, vacaciones de los niños, preparativos, cenas de empresa y familiares… y, tras todos ellos, un cierto tono cansino, reiterativo, de pena y desilusión! Solo los niños esperan como agua de mayo que lleguen esos mágicos días!

Y es que la Navidad, cuando llega, nos coje siempre de imprevisto, cada nuevo año! Y seguramente lo hace desencajando nuestra vida rutinaria, rompiendo nuestra agenda cotidiana y perturbando nuestro corazón! Pero la Navidad no rompe -como debería- con todo lo anterior y externo, aportándonos ese renacimiento del ser, que cada año tenemos la oportunidad de celebrar! La ilusión en la Navidad -y, por tanto, en la nueva vida- seguramente hace muchos años que ya se perdió en los confines de nuestra mente y de nuestra agenda!

La Navidad no hace más que acentuar lo que ya existe en nuestro corazón! Si nos sentimos inquietos, doloridos, tristes o solos, estas fechas presuntamente mágicas no nos traen más que sufrimiento, aunque sea acompañado de luces, música y ajetreo familiar! Y no hay peor sufrimiento que el compartido con la soledad o a la fuerza -con una falsa sonrisa- con los demás, aunque sean supuestamente seres queridos! Si, en cambio, uno se siente feliz y alegre, la Navidad es la oportunidad de institucionalizar la felicidad y la alegría en nuestra vida, compartiéndola con los demás!

Porque la verdadera Navidad es el nacimiento a lo nuevo y mejor en nuestra vida, cada día! Los niños que nacen no saben lo que es el ayer o el mañana, solo viven el instante presente y se sienten felices, si están alegres, se sienten bien y son queridos! Ese y no otro, es el verdadero espíritu de la Navidad! Más allá de los ágapes, regalos y festejos, la Navidad es la renovación, el nacer de nuevo cada nuevo año que pasa y sentirlo con ilusión, a pesar de los pesares! Si no, las fiestas de Navidad se convierten en algo tedioso, en unos días hipersensibles que ponen en evidencia todo lo que hay en nuestro corazón, ya sea alegría… o tristeza! Quizás por eso mucha gente se siente mal por Navidad! Las ausencias, los malentendidos, las preocupaciones… todo resucita en Navidad!

Para mi, la Navidad siempre había sido un tiempo difícil. Sería largo explicar el por qué, seguramente está escrito en mi historia pasada! Como para tí, para mí estas fiestas rememoran todo eso que yo siempre había soñado que fuera mi Navidad… aunque nunca llegó a hacerse realidad! Y, aunque hoy no sé bien cómo y dónde pasaré esos días de fiestas -al parecer, la soledad me está invitando a reunirme con ella…-, sí sé, al fin, dónde está, ahora y siempre, mi Navidad! ¿Sabes dónde? Dónde siempre estuvo y nunca supe hasta ahora encontrar fuera en el mundo… está en mi corazón!

Alrededor mío este año no creo que haya demasiada fiesta ni demasiada ilusión, a juzgar por los comentarios y el ánimo de la gente que me rodea! Muchos de ellos no sabrán vivir como yo la Navidad, desde el corazón! Se entregarán al calendario de cada año en estas fechas, celebrarán las comidas familiares y de compromiso… y desearán que acaben rápido estas fiestas, habiendo cumplido con su deber familiar, social y/o religioso, un año más! Pocos, muy pocos, celebrarán de verdad la Navidad!

Pero, este año y quizás por primera vez en mi vida, la Navidad estará en mi corazón y en él, hay y habrá amor! A pesar de que no tendré a mi hija conmigo -y la Navidad con un niño es siempre más y mejor Navidad-, dejaré que mi firme propósito de vivir una nueva vida marque esos días especiales del año! Simplemente dejaré que fluya la vida y espero vivir la Navidad que nunca tuve, porque ahora lo haré desde mi corazón! Solo desde él, recobraré su presencia, sus colores, sus sabores, los sonidos de la Navidad, como lo fue antes, cuando era un niño! Y, aunque quizás me costará no caer en la nostalgia de lo que nunca fue, haré todo lo posible para que mi paz, mi amor y mi felicidad reinen en mi interior, esté donde esté… y, tal vez, por primera vez en mi vida las compartiré con quien realmente amo, aunque sea solo desde el corazón!

Entre tú y yo, este año mi corazón seguramente estará lejos de donde yo esté, pero allá estará mi Navidad! Aquí y fuera de mí, es verdad, solo habrá luces, melodías y sabores de Navidad, aunque yo quizás los viva este año desde la hermosa soledad! Pero en mi corazón estará el espíritu de esas lindas y amadas personitas recién nacidas que, ajenas a todo lo que les rodea, sonreirán ante cada lucecita de colores, cada nota musical y cada gesto de amor de su mamá! Y mi corazón y yo también sonreiremos, con su mamá, aunque sea sólo y a distancia! Pero, hasta que llegue ese especial día, quizás sentiré diferentes momentos de pena, melancolía o alegría, aunque yo, siempre que pueda, eligiré la felicidad, porque ya sé, por fin, dónde -y con quién- está mi verdadera Navidad!

Además, este año, el Universo nos traerá -de nuevo- una metáfora de la vida, sin igual. La noche antes de Navidad será de luna nueva, lo que significa que tendremos con nosotros el misterio de algo nuevo que volverá a nacer, aunque para ello tengamos que pasar por la más total oscuridad, siempre previa al amanecer!

¿Qué ha cambiado en mi Navidad? ¿No es la Navidad el mejor momento para sentir amor de verdad y olvidar el pasado y toda su melancolía y tristeza? ¿Por qué no somos capaces de vivir el espíritu de la Navidad como los niños, solo sintiendo intensamente el hoy? ¿Navidad no es acaso volver a nacer y compartirlo con quienes amamos, estén donde estén? ¿Por qué no somos capaces de convertir cualquier día de nuestra nueva vida en nuestra personal Navidad? ¿Me hace falta la Navidad para sentir lo que ya siento en mi corazón, cada día? ¿Navidad no es amar, de verdad?

 

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