Últimamente se está convirtiendo en una aventura el tomar un avión en los aeropuertos españoles, aunque bueno, los del resto de Europa también andaban hoy bastante turbulentos. Pero bueno, el caso es que esta mañana me he dispuesto a volver a casa, tras la despedida del año con mis compañeros de trabajo, Juanpe y Alfonso. Teniendo en cuenta que era sábado, el taxi me ha llevado en un plis hasta el aeropuerto, he entregado mi maleta en los mostradores destinados a tal fin cuando tienes tarjeta de embarque (muy recomendables) y me he dispuesto a pasar el control, con los incidentes habituales, para tras consultar la puerta de embarque de mi vuelo, disponerme a coger un café en cualquiera de los establecimientos de la T4 y aprovechar por última vez las peceras, cabinas, habitáculos para fumadores o como las queráis llamar, para fumarme un cigarrito tranquilamente.
¡Pues no! No me han dado ese placer. Me he encontrado con que las mismas ya habían sido desmotadas y en su lugar había una cinta de prohibido el paso a un espacio completamente vacío. Si no fuera porque sé que en ese aeropuerto existían dichos habitáculos, nadie lo hubiera dicho.
La cuestión es que una vez más ha habido retrasos en Barajas. Si no es por una huelga encubierta, es por niebla o por calibración de la pista 33R. Yo había hecho eso de calibrar una impresora, pero en mi vida una pista de aterrizaje. En definitiva, que si mi vuelo hubiera salido en hora, no habría sido gran problema, pero cuando te marean indicándote tu puerta y hora de embarque, para luego a los 30 minutos cancelarlo y atrasar 2 horas el vuelo, pues ya te entran ganas de fumar. Así que me he ido al mostrador de AENA para asegurarme que no quedara alguna escondida y las chicas muy amables han confirmado mi pesar, ayer justo acaban de desmontar la última. Lo curioso de todo esto es que me han ofrecido una hoja de reclamaciones para dar constancia de mi “enfado”. Primero he pensado que me estaban tomando el pelo, pero no, luego me he dado cuenta que yo solo iba a tener un retraso y al llegar a Barcelona fumaría todo lo que quisiera, pero ellas debían estar todo su turno aguantando en su puesto, ya que entiendo que solo salir y entrar de la terminal ya les debe llevar media hora. Así que por solidaridad con ellas, he cumplimentado la hoja de reclamación que veis en esta entrada. No por estar desconforme con la ley, más bien por obligarnos a cumplirla antes de su entrada en vigor.
Por lo tanto, esto empieza a parecer una quema de brujas, tal como comentábamos con Marta por Facebook. Los fumadores no tenemos más remedio que aceptar toda ley prohibitiva, además de aumentos del precio del tabaco semestrales. Por si no lo sabíais, debido a que el tabaco de liar es más barato, mucha gente había cambiado a esta modalidad y justo la semana pasada, subían el doble este último, 1€ frente a los 40 céntimos que subieron como máximo las cajetillas.
Yo ya había asumido que a partir del próximo 2 de enero si viajaba en avión iba a tener que fumarme el último cigarro antes de pasar el control, pero… ¿a quién se le ha ocurrido la magnífica idea de hacer desaparecer ya las peceras? A ver si es que vamos a estar ya en el año 2011 y ni me he enterado. En fin, como ya he comentado, me sabe mal por mí, pero peor es para el que trabaja en la terminal. Yo no tengo problema en estar 4, 5 o las horas que sean necesarias sin fumar, aunque tampoco creo que molestáramos a nadie. Quizás salíamos con olor a tabaco, pero más apestan esas que se empeñan en probarse todas las colonias a la venta en el Duty Free y que acaban saliendo con una mezcla que bien podría ser considerada sustancia química peligrosa.
Como comentaba el Sr. Marqués, mucho prohibir, pero gran parte del importe que se paga por una cajetilla de tabaco va a destinada a las arcas del estado. Para colmo en el aeropuerto te puedas comprar hasta un cartón si quieres. Ya veremos que acaba pasando el muy cercano 2 de Enero. No todos los fumadores somos unos desaprensivos que vamos echando el humo a la cara de los niños cuando se cruzan en nuestro camino, pero al final siempre acabamos pagando justos por pecadores.
Et Ap Greu Que Fumi? / Fumando Espero Lloll Bertran Quin Món De Mones!