“Ya no tengo edad para esto” Esta frase solo encierra el miedo a emprender nuevos caminos, a afrontar lo que va a venir. Y lo cierto es que la edad no debería de importar, realmente a cualquier edad puedes llegar a hacer lo que quieras.
Es lo que pensó esta abuela de 79 años que se ausento de la residencia sin previo aviso. Armada con su andador y grandes dosis de paciencia, la anciana fue a una tienda de tatuajes.
Había pasado unos días hablando con su nieta sobre esta forma de arte, y tentada por el entusiasmo la abuela decidió hacerse uno.
Estaba convencida de que sus familiares no la dejarían, y lo hizo en secreto. Con la ayuda de su nieta, salió de la residencia y juntas, se realizaron un pequeño corazón situado en su brazo izquierdo.
Su hijo quien cada día fue a visitarla a la residencia. Al pasar a la habitación y encontrar la silla de ruedas vacía, pensó que su madre tal vez estaría en el baño o en el comedor, sin embargo, conforme pasaban los minutos comenzó a preocuparse.
Preocupado, empezó a buscarla por la residencia y los alrededores, hasta que un cuidador le dijo que le había visto con su nieta y le confirmó que estaba en el centro comercial. Cuando llegó la encontró a su madre sentada en un sillón riendo y mostrando el orgullo su tatuaje.
“Cuando llegas a una edad, hay que vivir la vida al máximo cada día”
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