Revista Opinión

Ya se acerca el gran momento

Publicado el 28 noviembre 2015 por Msnoferini

Ya se acerca el gran momento, el momento y el motivo por y para el que Podemos nació, las elecciones generales del 20D.

Desde la creación de nuestro partido; en ese aparentemente lejano enero del 2014, y su posterior éxito en las elecciones europeas, en las que parecía que la indignación colectiva ante la difícil situación en la que se hallaba nuestro país, fruto de las desastrosas políticas, nos hacía llegar a esta próxima campaña electoral como serios aspirantes a hacernos con la Moncloa; son muchas las cosas que han ido pasando.

Si volvemos la vista atrás y hacemos un repaso a las múltiples encuestas publicadas durante todo este tiempo nos encontramos que de haber sido los mejor posicionados de cara a las próximas elecciones estatales hemos ido, supuestamente, descendiendo en intención de voto hasta colocarnos en una triste y poco halagüeña cuarta posición, detrás de esos dos partidos que en los treinta y dos últimos años se han repartido el poder y que tan mal han hecho las cosas como para hundirnos en la actual miseria en la que nos encontramos, y de Ciutadans, ese otro partido que en los nueve años que lleva existiendo poco o nada ha aportado a la política nacional.

Es evidente que existen tres principales motivos que han llevado a este aparente descenso en la intención de voto. El primero de esos motivos, y seguramente el que podría ser el principal responsable en la pérdida de votantes, sería el desmesurado apoyo del establishment económico y su maquinaria a los partidos que mejor pueden defender sus intereses, al mismo tiempo que usaban todos sus medios para desprestigiar a Podemos. ¿Cuántas veces se han repetido hasta la saciedad eslóganes contrarios a Podemos, haciendo que se le identifique con el radicalismo más peligroso, con movimientos antisistema y con dictaduras e ideales propios de países de otras latitudes? Sin olvidar todos aquellos supuestos e inconsistentes escándalos de financiación que airearon en su momento, así como esa constante difamación a la que se ha venido sometiendo a buena parte de las personas que encabezan este proyecto.

El segundo motivo al que yo le achacaría este supuesto descenso en las encuestas probablemente deberíamos buscarlo en la actual situación económica de nuestro país. Es evidente que aunque la situación económica de España sigue siendo complicada, y la de muchas familias mejor ni hablar, en los últimos meses ha habido una cierta recuperación –sea por la rebaja del precio de los combustibles, la bajada de los intereses de nuestra deuda, por el incremento de la productividad como una causa directa de los bajos costes de producción motivados a su vez por los míseros salarios de los trabajadores españoles, etcétera- que ha llevado a muchas personas a creerse eso de mejor no hacer cambios excesivamente drásticos ahora que vamos camino de la recuperación, y de que siempre es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.

La sociedad española a día de hoy sigue siendo excesivamente conservadora, preferimos ver las grandezas pasadas e intentar poner viejas soluciones que apostar por lo nuevo y mirar para adelante. Este es el país del aburguesamiento, el país de los nuevos ricos, el país de aquellos que no supieron ver el espejismo de la efímera riqueza ocasionada por la famosa burbuja inmobiliaria y añoran volver a esos tiempos.

Cuando la situación personal es complicada, y no tienes garantizados los derechos y servicios más básicos, todo el mundo se convierte en un potencial activista. En momentos complicados todos queremos cambios. Pero cuando ves que tu situación personal supuestamente comienza a mejorar ponemos freno a nuestro activismo, y los deseos de cambio mutan para una vez más apostar por la continuidad del sistema. Somos sin lugar a dudas una sociedad aburguesada y algunas veces aborregada.

En cuanto al posible tercer motivo que puede habernos llevado a la pérdida de potenciales votantes deberíamos achacarlo a los errores propios. Podríamos comenzar por hablar de ese intento de captar votos entre una ciudadanía de un amplio espectro ideológico y político vendiendo transversalidad o intentando aliarnos con determinados ideales socialdemócratas. Una ocurrencia que, si bien en un principio pareció dar buenos resultados, al final parece que sólo ha servido para asustar a algunos de nuestros potenciales votantes. Deberíamos tener muy claro que nuestro nicho ideológico está a la izquierda del PSOE y la indefinición de la que a veces hemos hecho gala probablemente en poco o nada nos ha beneficiado.

También se han cometido algún que otro error a la hora de dar apoyo a la militancia y gestionar círculos y asambleas ciudadanas. El asamblearismo es uno de los pilares básicos de nuestro partido y uno de los principios que nos hacen diferentes al resto de partidos, por lo tanto no se puede dejar de lado a la militancia ni hacer oídos sordos a algunas de sus reivindicaciones y decisiones.

Tampoco deberíamos olvidar la no del todo correcta gestión de la confluencia con otras fuerzas políticas en algunas de las pasadas elecciones autonómicas, como podría ser el caso de Catalunya, cuyos resultados hace evidente que dicha confluencia no fue del todo acertada y pudo no ser del agrado de alguno de nuestros militantes y votantes.

Hemos cometido errores, es evidente, y por desgracia esos errores nos han hecho perder algunos apoyos y lo que podría ser más grave perder militantes (según un informe hecho tras las elecciones autonómicas catalanas se calculaba que los círculos habían perdido de un 75 a un 80% de su militancia). Y para nuestra desgracia lo peor de todo es que estos errores y despropósitos –errores que principalmente han sido fruto de la inexperiencia, de las prisas y del personalismo- se han acabado filtrando a los medios de comunicación haciéndolos aún más visibles y repercutiendo de manera muy negativa en nuestra imagen.

La cuestión es que por un motivo u otro hemos ido desinflándonos y por ello va a ser difícil que este próximo 20 de diciembre podamos hacernos con un triunfo en las elecciones generales. Pero quedemos los primero o quedemos los cuartos somos muchos los que continuaremos dando apoyo a Podemos pues consideramos que es el único partido capaz de representarnos, y por ello animo a todos los compañeros a seguir trabajando. Eso sí, me gustaría que mi propio partido tomara buena nota de todo lo que ha ido sucediendo para evitar que en un futuro se vuelvan a cometer los mismos errores. Podemos no se puede permitir ser un partido más, ni nos podemos permitir fallarles a las personas que confían en nosotros para mirar de mitigar tanta injusticia y poner solución la difícil situación en la que viven una buena parte de la población de este país. Es evidente que poco vamos a poder hacer para evitar que algunos medios nos sigan difamando pero olvidémonos de ellos y trabajemos de manera honrada y transparente de espalda a esos medios y de quienes los dirigen y pensemos solamente en nuestro objetivo: devolver la dignidad a las personas y a la política, poner freno a tanta injusticia, y devolverle a la palabra democracia su verdadero significado.

MSNoferini

Podemos-logo


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