Y llegaron los Reyes Magos y con ellos, los regalos. Para mi sorpresa, se han acordado del petirrojo y me han traído un soporte-comedero-spa.
Ahora, lo puedo ver desde la ventana de la cocina. Y confieso que, me quedo parada frente a esa ventana, en silencio, concentrada, esperando ver al petirrojo aparecer por allí.
Es una relación beneficiosa : él tiene su Spa y yo mi momento de meditación esperando su visita…