Crítica. Música. -“Ya Va Siendo Hora”
Trash-Tornados, The Dustaphonics, Lie Detectors, Niña Coyote eta Chico Tornado, Downtown Boys.Plaza de la Catedral, Oviedo.Sábado 9 de marzo de 2019.
Hacía mucho, demasiado, tiempo que no asistíamos a un concierto como el que nos brindó el festival SACO en la plaza de la Catedral. Un encuentro de rock actual, alejado de conservadurismos, vigente con su momento. Que ya va siendo hora de ahorrarse el circuito de viejas glorias, de grupos tributo y de toda una serie de impostores que asolan la cartelería local. Contactar con la realidad actual exige un pequeño esfuerzo de conocimiento, tan sólo de eso, de patearse los escenarios y saber dónde se puede encontrar todo lo que pudimos disfrutar en la noche ovetense de carnaval.
Los mierenses Trash-Tornados serían toda una institución en cualquier lugar excepto en Asturias, donde el ninguneo permanente al talento y la preponderancia de la pose imponen su turbio foco. Bobby González es un excelso guitarrista y un showman total, amparado en el espectacular saxo de Kiko Flores y una turbina en la base rítmica con el vibrante contrabajo de Pablo Souto y el tremendo Pibli González, batería con tal asombrosa variedad de recursos que nunca nos deja de sorprender. Swing, rock´n´roll, rockabilly, se unen en una gloriosa simbiosis para el delirio total. Terminan con “Te voy a encontrar”, dedicatoria incluida anterior a la futbolística a su querido compinche de desventuras rockeras Freddie Fano.
Tras ellos, llegó el vendaval The Dustaphonics, una tremebunda formación que tritura soul, garage, surf, funk, o el clásico rythm & blues de los sesenta y los sienta a los pies de una vocalista sin igual, una verdadera reina del escenario como Aina Westlye, un portento bestial que dominó uno de esos shows que si no te enganchan es porque estás muerto. Avasallaron la escena con total poderío.
Difícil lo tenían los vascos Lie Detectors, pero, tras un dubitativo inicio, se crecieron, probablemente gracias al enganche de temas como “Me gusta la calle” y al derroche de energía con el que se manejaron en una actuación que fue de menos a más.
No bajaron el pistón los donostiarras Niña Coyote eta Chico Tornado, dúo a guitarra y batería que a alguno le recordará a los White Stripes, aunque se desenvuelven en una variedad de registros mucho más amplia, siempre con la electricidad rockera ardiendo. Concluyeron los estadounidenses Downtown Boys, lo más flojo de un lote de campanillas que iluminó la noche ovetense como hacía demasiado tiempo no veíamos.MANOLO D. ABADReportaje fotográfico: IVÁN MARTÍNEZPublicado en el diario "El Comercio" el lunes 11 de marzo de 2019