Revista Educación

Ya vendrán tiempos mejores (o no)

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Ya vendrán tiempos mejores (o no)

Con frecuencia se me acusa de vivir anclado en el pasado, en una época remota en la que mi máxima preocupación era perfeccionar mi revés liftado, llegar a tiempo a casa los sábados para ver la peli de vaqueros de Sesión de Tarde, batir mi récord en el Road Fighter o conseguir el último cromo del álbum del Naranjito.

Lo cierto es que, a pesar de lo que me encanta procrastinar, yo siempre he sido más de pretérito pluscuamperfecto que de futuro (por muy perfecto que se conjugue). Lo digo en cuanto tengo la mínima oportunidad y lo seguiré diciendo en bucle a ver si por fin se enteran los que se empeñan en hacer de mi un converso adorador de lo venidero.

A pesar de que no les niego la buena intención, empiezo a estar harto de aquellos que para animarte ante cualquier calamidad te sueltan el mantra del "tranquilo que ya vendrán tiempos mejores", algo de lo que dudo cada vez más.

A los que nunca apostamos por el mañana siempre nos queda el valor seguro del recuerdo (aunque sea remoto) y que, tal y como anda ahora mismo la cosa, es un bien que cotiza al alza, mientras que los que se engañan encomendando su prosperidad a un porvenir cada vez más arisco y esquivo están abocados al desencanto.

Basta con tomar como ejemplo lo mucho que anhelábamos la llegada del año nuevo para dejar de una vez por todas atrás el repudiado año de la pandemia y, sin embargo, este año nuevo ha venido con la virulenta tercera ola de la Covid, el asalto al Capitolio de los Estados Unidos por una horda de correligionarios de Trump y una borrasca de nombre feo y viejuno ha dejado prácticamente a toda España con temperaturas bajo cero y unas nevadas históricas.

En otras circunstancias, yo que soy muy de refranes me agarraría a aquello de "Año de nieves, año de bienes" por lo menos para mantener vivo un ápice de optimismo, pero si tenemos en cuenta que en estas escasas semanas que llevamos de año también se ha disparado el precio de la luz, la banca ha subido sus comisiones y Bad Bunny ha lanzado una nueva canción que ya suma más de 30 millones de visualizaciones en Youtube, mi confianza en que esto vaya a mejor es, francamente, nula.

Así que, fíjense los que les digo, yo ya estoy pensando en descambiar el 2021 por el 2020 o, por lo menos, devolverlo y canjearlo por una tarjeta regalo sin caducidad y no usarla hasta que encuentre algo realmente bonito.


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