Aún resuenan los cánticos que acompañaron el cortejo fúnebre de Víctor Jara, enterrado el pasado día 5 de diciembre, 36 años después de ser torturado y asesinado por el régimen fascista de Pinochet, cuando la derecha chilena ya cabalga de nuevo para intentar ocupar el poder.
Sí, ya sé que lo hará mediante unas elecciones democráticas, con otra gente que dice renegar de aquel régimen de milicos que masacró al país de norte a sur… pero no puedo evitar un estremecimiento al pensarlo. Especialmente cuando el homenaje al resistente Jara está tan próximo a la primera vuelta electoral.
En la segunda vuelta, que se celebrará el 17 de enero, los chilenos deberán elegir entre el derechista Sebastián Piñera, una especie de Berlusconi a la chilena, y el democristiano y presunto progresista, Eduardo Frei, quien encabeza la alianza Concertación.
En el lado opuesto destaca el escaño obtenido por Isabel Allende, hija del asesinado presidente Salvador Allende, y, sobre todo, el regreso de los comunistas al parlamento chileno por primera vez desde el golpe de estado de Pinochet. Destaca, por su simbolismo, la elección del comunista Hugo Gutiérrez en la norteña ciudad de Iquique, todo un símbolo de la lucha obrera que tan bien supo plasmar Quilapayún.
(Los demás vídeos con la Cantata de Santa María de Iquique son estos: segunda, tercera y cuarta)
Para la segunda y decisiva vuelta, la izquierda, según los analistas, podría volcar su voto en Frei para evitar el triunfo de Piñera. Piñera y Frei, Frei y Piñera... ¿Habrá diferencia?