Tiene que ser muy raro volver al trabajo tras el éxito. Más aún cuando el éxito es totalmente inesperado como lo fue en el caso de Yann Tiersen. Recordemos que el músico francés había grabado un puñado de trabajos muy interesantes pero siempre con un perfil bajo y sin alcanzar una gran repercusión más allá de ciertos círculos. Formaba parte de una generación de artistas galos de gran talento entre los que podemos contar a Rene Aubry o Jean Philippe Goude pero la calidad de su obra no había trascendido aún al público en general. Por eso hablamos de sorpresa cuando Tiersen se convirtió en estrella de la noche a la mañana de la mano del director de cine Jean Pierre Jeunet y su película “Amelie”. Y no es que de repente, y en un arrebato de inspiración, Tiersen hubiera alumbrado una obra maestra muy superior a las anteriores, no. De hecho, el músico apenas escribió unas pocas piezas nuevas porque la banda sonora de “Amelie” era básicamente un recopilatorio de sus trabajos previos.
Esto podía haber empujado al bueno de Yann a centrarse en las bandas sonoras y esa impresión tuvimos muchos cuando tras “Amelie”, Tiersen volvió al cine con la música de “Goodbye Lenin!”, película muy bien recibida en su día y cuya banda sonora estuvo a la altura del film. Sin embargo no fue así y enseguida cambió de formato para publicar un disco con la cantante norteamericana Shannon Wright antes de centrarse en su siguiente proyecto que retomaba la línea de “L'Absente”, el disco anterior al éxito de “Amelie” y quizá su trabajo más sólido hasta entonces. Volvía Tiersen así a la mezcla entre piezas instrumentales y canciones y a la colaboración con algunos de los cantantes más interesantes del momento. Así nace “Les Retrouvailles”, el disco que el bretón nos ofreció en 2005.
Entre los colaboradores están viejos conocidos como Dominique A, artistas menos populares como Dominique Miossec o Stuart Staples de los Tindersticks y figuras como Jane Birkin o la vocalista de Cocteau Twins, Elizabeth Fraser. Tiersen por su parte toca prácticamente todo, desde el violín al piano pasando por percusiones, batería, guitarras, bajos... lo de siempre en sus discos. Intervienen también los miembros de la Orquesta Nacional de París en diferentes combinaciones y Christine Ott a las ondas Martenot. El disco se publicó acompañado de un DVD con un pequeño cortometraje en el que se ilustraba el proceso de creación del mismo y que tiene también mucho interés ya que incluye varias piezas en directo, algunas no pertenecientes al disco, e incluso un videoclip de un tema inédito.
"La Traversée", la película que acompaña al CD en el lanzamiento.Abre el trabajo “Western”, pieza en la que Tiersen es el único intérprete tocando bajo, guitarras, teclados, violín, piano de juguete y carillón. Es una alegre pieza con un punto nostálgico y un cierto aire rock que la aleja un poco de los primeros trabajos del músico sin salirse de su estilo habitual. Continúa con “Kala” y Elizabeth Fraser a la voz con la primera participación de la orquesta. Una bonita introducción de vibráfono y guitarras para una canción pausada, sin texto y con una preciosa sección final de cuerdas. “Loin des Villes” vuelve a mostrarnos a Tiersen en solitario interpretando una pieza que comienza como una cajita de música pero que se va acelerando en un arrebato de alegría casi infantil.
Con “La Veillée” volvemos a ese acordeón tan parisino que reinaba en la música de Tiersen de sus primeros trabajos y que encajaba tan bien con las imágenes de Montparnase en “Amelie”. Uno de esos valses que Tiersen borda casi sin esfuerzo y que aquí aparece dividido en dos partes, la segunda de ellas, una coda solo con las cuerdas. En “Plus D'Hiver” escuchamos a Jane Birkin declamando más que cantando sobre el piano de Tiersen en una canción que retoma el espíritu de “L'Absente”. El siguiente corte es más difuso, más ambiental que melódico. En “A Ceux Qui Sont Malades Par Mer Calme” escuchamos al músico bretón interpretando todos los instrumentos para una especie de transición con un sonido más sucio de lo habitual hasta entonces en su obra y que anticipa lo que vendrá en años posteriores. Esto nos lleva a la colaboración de Stuart Staples en la canción más rockera de todo el trabajo: “A Secret Place” y una de nuestras favoritas del mismo. “Le Matin” es el primer tema de piano solo de todo el disco, una miniatura en el inconfundible estilo de Yann.
“Les Enfants” es otra pieza breve, muy repetitiva, en la que escuchamos una máquina de escribir como principal elemento rítmico y una curiosa coda infantil de flauta dulce. Dominique A y Miossec cantan en “Le Jour de L'Ouverture”, otra pieza lenta de tono folk/rock llena de encanto. Con “La Boulange” escuchamos a Christine Ott y sus Ondas Martenot, elemento casi imprescindible en todos los discos de Tiersen hasta entonces. Es una pieza muy poderosa vigorizada por las guitarras eléctricas y la batería de su segunda mitad. “La Plague” es un breve tema de piano que desemboca en la segunda intervención de Elizabeth Fraser: “Mary”. Es ésta una balada preciosa que posiblemente sea la canción más redonda de todo el trabajo aunque su melodía recuerde en algún momento al “And I Love Her” de los Beatles.
No podía faltar el habitual solo de violín del artista francés que llega bajo el título de “7:PM” y nos lleva hasta “Les Retrouvailles” que, pese a ser el tema que da título al disco, es el de menor duración del mismo. Cerrando el trabajo encontramos “La Jetée”, con Tiersen tocando varios clavecines, otro de los instrumentos imprescindibles en sus discos.
Como decíamos al inicio, “Les Retrouvailles” retomaba la senda de “Le Phare” o “L'Absente” tras un interludio centrado en las bandas sonoras pero si hemos de ser más precisos, lo que hacía era cerrar esa etapa para entrar en otra con unas sonoridades más oscuras y experimentales cuyos trabajos ya hemos comentado antes en el blog. Hace pocas semanas que Tiersen ha publicado nuevo disco por lo que es probable que no tardemos en dedicarle una nueva entrada. Mientras tanto os dejamos con imágenes de la película que acompaña a "Les Retrouvailles" con la canción inédita que no aparece en el trabajo.