Estaba deseando enseñároslo. La puesta a punto ha llevado su tiempo, pero ha merecido la pena. No sabemos la fecha exacta de confección del vestido, sí que mi tía lo lució en una boda hace unos cuarenta años y que después de cuatro décadas bien doblado y guardado, es para mí todo un lujo llevarlo. Y un orgullo, también.
Es precioso, no os lo podéis ni imaginar, ¡con esas mangas y esos puños! Los botones también son ideales, de la época y los bordados ¡impresionantes!
Y para terminar este look tan primaveral mis nuevos zapatitos plateados, ¡me encantan cómo quedan con casi todo! ¡Han sido una de mis últimas adquisiciones en rebajas!
¡A disfrutar! He dicho...