Revista Política

Yendo al no notario

Publicado el 14 agosto 2015 por Noostradamus

Tras más de cinco meses impidiendo por todos los medios posibles la autoliquidación de un impuesto de sucesiones del que se está exento, lo astutos coherederos dicen que desean ir al notario para tramitar “lo de la herencia”. Aunque se sabe que la curiosidad mató al gato, es mejor ir a ver de qué va el montaje esta vez.
Se presenta uno un cuarto de hora antes y ya está el listo de turno esperando, como despistado. ¿Vamos a ver al notario?, sí claro, para eso hemos quedado, responde. Entonces me dices que la valoración esa de un 1.000% de más de un único bien sobrevenida es cosa del notario. Sí claro, lo han hecho en la notaría y yo he colaborado en valorar tras consultar con Vicente (es su a migo funcionario de hacienda al que consulta en solitario y sin testigos, es decir, que se lo puede inventar). Pues no me parece normal que algo aumente tanto de valor de un mes para otro. No, si está bien calculado, mira aquí llegan. Se acercan la coheredera y su marido. Venga vamos ya que a mí me gusta ser puntual, dice ella poniendo expresión de alma doliente.
Subimos a la notaría. ¿Está Javier?, pregunta el listillo, sí está en el despacho, dice la de la entrada, pasen, pasen. Entramos todos, herederos y cuñado anexo en el despacho. A ver, los DNI, dice el tipo de la mesa que atiende por Javier. Esto es para aceptar las herencias de...espere un momento, no será ese el mismo documento que me remitió hace dos meses y del que le dije que estaba en desacuerdo con las valoraciones y cláusula de perdón eterno en caso de aparecer bienes no inventariados...o distraídos. Eh...sí es el mismo. Pues fantástico, porque si no pensaba firmar algo así hace dos meses ahora tampoco. Pero si no hay acuerdo en las valoraciones no sé a qué han venido. Me han dicho que íbamos a ver a un notario, ¿es usted el notario?. No, el notario está de vacaciones. Entonces esto es una firma ante un no notario, como para firmar nada.
La coheredera se pone nerviosa y sube el tono de voz. ¡cómo que no firmas, cómo que no firmas!, pues no, porque ya se lo comenté a éste, señala al otro coheredero, cuando remitió esto el oficial de la notaría. Parece aumentar la ira de la señora para con el no firmante. Además no puedo firmar un presunto documento notarial ante un no notario porque me habéis citado para ir al notario y resulta ser que no está. Pues si no se firma, me voy, grita más que dice la iracunda señora. ¿Y qué pasa con lo de sucesiones?. Pues no lo pienso firmar porque a mí me da igual. Pues nada, nos vamos todos y punto. ¿Desean ir a una sala de reuniones para ver si llegan a un acuerdo?. Vamos, vamos, dicen los dos coherederos y el cuñado anexo.
Sube la comitiva a la planta superior, le pregunto al oficial de la notaría, no será usted el señor Fulanito, a quien envié el correo hace dos meses comunicando mi desacuerdo. Eh, si, recibí el correo pero no entendí nada, dice el fulano. Entonces, ¿usted cuando no entiende algo no pregunta?. Calla y abre la puerta de la pequeña sala, acto seguido desaparece en dirección a la planta inferior. Pérdida de tiempo total, porque los coherederos exigen que se firme el documento presuntamente elaborado por el notario que presuntamente ha valorado (y sobrevalorado uno en un 1.000%) los bienes. La señora está ya realmente violenta dando voces, ¡cómo que no firmas, cómo que no firmas!. Se marcha aparentando mucha indignación porque no se haya hecho lo que quería.
Tras perder el tiempo durante un rato con el otro coheredero, el listillo, para hacer el paripé de que ignora todo sobre el asunto, bajamos y se acerca al despacho donde tiene la mesa el no notario para informarle, nada, que no hemos llegado a un acuerdo. Fin de la reunión, mejor es seguir sin contarles que me han informado hace meses de que el famoso documento lo ha elaborado un abogado que han contratado para tal fin, sin informarme de ello, pero diciendo en la gestoría que me habían incluido en el contrato con el mismo para así bloquear la liquidación de impuestos.
Y este es el resultado de ir a una reunión con un no notario a firmar un documento no notarial ante el no notario en el que el perjudicado va a firmar que no reclamará nada por mucho que pueda aparecer porque se da por pagado con lo que ha quedado. Qué no habrán hecho éstos para andar así.

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