Si hiciéramos una encuesta entre aficionados al rock, en la que preguntáramos por su guitarrista preferido, no tengo claro quien ganaría. Todo es cuestión de gustos; algunos se quedarían con el guitarrista integrante de su grupo favorito, sin más, otros optarían por aquel que le transmite más o que, en su opinión, tiene personalidad y estilo propio, algunos lo elegirán por su formación y calidad técnica, pero también habrá quien se deje seducir por la rapidez de ejecución y la capacidad de hacer virguerías. Al sueco Yngwie Malmsteen (Lars Johan Yngwie Lannerbäck Malmsteen, para complicarlo aún más) suelen incluirlo, a mi parecer injustamente, en la categoría de rápido-virguero, muchas veces de manera despectiva. Y es verdad que es rápido, pero también es un guitarrista muy bien formado y con una técnica excelente, no en vano aprendió a tocar siendo un niño y con quince años ya era un talento. En el heavy metal suele emplearse el término shred para referirse a los músicos como él, capaces de hacer frente al instrumento con velocidad y gran complejidad técnica; a menudo se suele hablar de Alvin Lee, líder del grupo Ten Years After y del que ya nos hemos ocupado en otra ocasión, como precursor de este movimiento. Por si esto fuera poco, a Yngwie Malmsteen se le puede considerar el creador o, cuando menos, el impulsor de un subgénero conocido como metal neoclásico, en el que se trata de compatibilizar el heavy metal con la música clásica (Bach, Vivaldi, Mozart, Beethoven, etc.), fusión de la que existen antecedentes en músicos como Ritchie Blackmore o Jon Lord. A pesar de esta interesante carta de presentación Malmsteen cuenta también con muchos detractores, que lo acusan de músico frío, sin alma, repetitivo y engreído. Tras su paso por bandas como Steeler y Alcatrazz (de este grupo se ha ocupado Salva, en su blog Mentalparadise), publicó su primer disco en solitario, “Rising Force” (1984), en el que se incluyó su conocidísimo tema “Black Star”, un buen ejemplo de metal neoclásico. He optado por una actuación en directo en la que Malmsteen alarga, por encima de los cuatro minutos, la primera parte del tema, en la que se incluyen los elementos de música clásica. Para aquellos que estéis interesados, dejo también aquí la versión de estudio.
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