“Acordar” es “Unir corazones”. ¿Lo habías pensado alguna vez de esta forma?
Llamo tu atención sobre esta palabra que puede utilizarse para una gran variedad de contextos y con un resultado siempre extraordinario.
Para el Coaching Ontológico es una palabra muy poderosa ya que significa la apertura de una posibilidad diferente y que puede alcanzar una dimensión no imaginada.
“Acuerdo” camina de la mano de la promesa y siempre que se promete se está acordando algo, por eso, la acción de prometer con seriedad es de gran importancia para la creación y sostén de nuestra integridad.
De todos los problemas que se registran en el mundo, salvo enfermedades y desastres climáticos, el 90% resulta de personas que no mantienen y respetan sus acuerdos.
El Universo se mueve basado en acuerdos. Ya sea la situación de una regla establecida para la educación de tu hijo y pasando por diferentes complejidades de acuerdo a la materia, hasta una guerra mundial, si se respetan los acuerdos, las cosas funcionan.
Acordamos con nosotros mismos cuando nos comprometemos con nuestros sueños y deseos.
Acordamos en una relación personal para saber qué podemos esperar de la otra parte.
Acordamos como miembros de un equipo para un trabajo y un logro en común.
¿Cómo te sentís cuando no hacés lo que te comprometiste hacer?
¿Qué te pasa cuando tu pareja hace algo en lo que habían acordado que no se haría?
¿Qué sentimiento te invade cuando un compañero se comporta fuera del acuerdo establecido para el funcionamiento del grupo al que ambos pertenecen?
Si pensás detenidamente en un día de tu vida, comprobarás que vivís haciendo acuerdos. Algunos parecen pequeños pero no por eso, dejan de ser acuerdos. Hacer un llamado que alguien te pidió, encontrarte con otra persona, etc.
Cuando los demás no cumplen sus acuerdos…
¿Seguís pensando que podés confiar?
Cuando vos no cumplís tus acuerdos…
¿Pueden los demás seguir confiando?
Acordar –como ya te mencioné- es una acción poderosa, tan poderosa como la consecuencia nefasta que se produce en el momento en que alguien involucrado no respeta el acuerdo.
Veamos posibles resultados de romper acuerdos.
Se pierde la confianza.
Se producen disgustos y enojos.
Se destruye un proyecto.
Se generan dudas.
Quiero compartirte algunas sugerencias que te ayudarán a lograr efectividad en tus acuerdos y primero que nada, te pido que tengas en cuenta…
Tu comunicación.
Tu forma de hacer pedidos
Tu asertividad
Los acuerdos se toman en serio. ¿Te acordás de cuando se decía “Te doy mi palabra”?
No acuerdes lo que no sepas que exactamente, vas a cumplir. Eso de “quería pero me surgió un inconveniente impostergable” puede permitirse alguna vez pero tu hábito necesita solidez. Si no, no acuerdes. ¿Qué es preferible que acuerdes y no cumplas o que no acuerdes? Esto es Honrar tus palabras, uno de los Acuerdos Toltecas.
Anotá tus acuerdos. Cuando no involucren algo del diario vivir, usá una agenda. Podés olvidarte y tus buenas intenciones quedan sin cumplirse.
Si aparece algo antes de la fecha acordada por lo que no vas a poder cumplir, inmediatamente hablá y volvé a acordar.
Prestá atención a con quién vas a hacer el acuerdo. Si ese alguien ya rompió un acuerdo anterior ¿Podés tener la seguridad de que ahora cumplirá? Esto pasará también de la otra parte, por eso, todos estos puntos son tan importantes. Si vos rompiste un acuerdo anterior, ¿Querrá el otro hacer otro acuerdo con vos?
Hacé un hábito de vivir en acuerdos. Los acuerdos permiten interacciones que logran resultados superiores a las acciones individuales. Cuando todo está claro, sabés que podés esperar del otro y el otro sabe qué puede esperar de vos, es imposible que se produzcan conflictos, suposiciones, malos entendidos que lleven al fracaso de nuestras relaciones.
La calidad de tu vida está en relación directa a la calidad de tus acuerdos.
Y lo más importante…
Para poder acordar con efectividad, recordá que:
Siempre puede haber una mirada diferente que tenés que intentar comprender.
Siempre puede haber una mirada más amplia que integre la de todos los componentes.
Aprendé a escuchar y no estar a la defensiva mientras acordás…
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Te invito a escuchar un cuento…
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