Por Psic. Raquel Ribes * Ayuda Psicológica en Línea - Psicólogos por Internet
¿Cuántos de vosotros habéis tenido una relación que ha salido mal? Quizás lo habéis vivido, quizás lo estáis viviendo, o quizás no lo habéis sentido.
Es posible que en estos momentos no estéis abiertos a amar, sea porque buscáis otro tipo de relaciones, sea porque habéis tenido malas experiencias y aún no estáis preparados para abriros a otra relación, o porque el primer “te amo”, que es hacia nosotros mismos*, aún no se ha cumplido.
Sea como sea, la relación que hemos tenido con otra persona condiciona mucho más de lo que pensamos nuestra vida y nuestro bienestar, sobre todo las relacionadas con el amor. En cuestiones de amor, tenemos la gran manía de recordar nuestro pasado amoroso: de lo que fue y ya no es, de lo que pasó y nos dolió, del miedo a que se vuelva a repetir…
¿Cómo afecta nuestro pasado en nuestro presente a la hora de conocer a otras personas? ¿Cómo afecta lo que pensamos ahora del amor en cómo nos planteamos nuestro futuro?
¿Cómo puede llegar a afectar el “amé” en el “amo”?
Seguro que habéis escuchado la frase estrella: “Todos los hombres son igual / todas las mujeres son igual”. En este caso, las malas experiencias con el “amé” están interfiriendo en el “amo” y erróneamente generalizamos. Que la única manzana que hayamos visto sea roja no significa que no existan las verdes.
Tener este tipo de pensamientos puede llegar a ser realmente una barrera en las relaciones, ya que, sin darnos cuenta, se puede manifestar a través de:
- Rencores.
- Desconfianza.
- Celos.
- Incapacidad de abrirse a otras personas.
- Miedo a no ser correspondido/a.
- Evitar expresar emociones: actitud fría y distante.
- Negatividad ante amistades nuevas.
- Manipulación.
Y ¿Cómo afecta el “amo” en el “amaré”?
Algunas personas se llegan a preguntar en el presente: “¿Alguna vez seré capaz de amar?”, “¿Alguna vez amaré a alguien?”, “¿Cuándo encontraré a esa persona especial?”…
Algunos buscan continuamente a esa persona a quien amar y no la encuentran, otros sin buscarla la descubren… Lo importante es que la culpa y la preocupación no nos hagan perder tiempo del presente, y dejen que disfrutemos más de los encuentros sociales.
Por ello, resulta trascendental:
- Tener claro que tipo de relación buscas.
- Abrirse a nuevas experiencias.
- Querer conocer gente nueva.
- Aprender a quererse a uno mismo.
- Tener claro que las relaciones de los “cuentos de hadas” no existen, no todos los encuentros salen como esperamos.
Y tú, ¿te encuentras estancado en el “amé”, en el “amo” o en el “amaré”? Si alguno de ellos está condicionando tus relaciones, quizá es momento de plantearse: “¿Quiero seguir así?”
Puedes consultar la publicación original en Yo amé, amo, amaré: cómo afectan nuestras experiencias amorosas de Ayuda Psicológica en Línea.