Yo antes de ti

de Jojo Moyes.

La verdad es que en un principio no me tiraba nada este libro. A simple vista me parecía una novela romanticona de esas dulzonas y de lágrima fácil que no me suelen llamar nada. Pero a fuerza de ver vuestros blogs llenos de fucsia y de buenas opiniones, me apunté a uno de los sorteos y me hice con ella gracias al blog From Isi.
Tengo que decir, que sin ser mi tipo de lecturas habituales, la historia me ha encantado desde principio a fin además de que su estilo y estructura me ha resultado muy ligera y ágil. ¡Vamos que la he devorado!



Título: Yo antes de ti.Autora: Jojo Moyes.Editorial: Suma de Letras, 2014.Páginas: 487.
Resumen oficial.
Una historia que necesitas experimentar. Una novela inolvidable.
Lou Clark sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la parada del autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café Buttered Bun y sabe que quizá no quiera a su novio Patrick. Lo que Lou no sabe es que está a punto de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que la mantienen en su sano juicio.
Will Traynor sabe que un accidente de moto se llevó sus ganas de vivir. Sabe que ahora todo le parece insignificante y triste y sabe exactamente cómo va a solucionarlo. Lo que Will no sabe es que Lou está a punto de irrumpir en su mundo con una explosión de color. 
Y ninguno de los dos sabe que va a cambiar al otro para siempre.
Yo antes de ti reúne a dos personas que no podrían tener menos en común en una novela conmovedoramente romántica con una pregunta: ¿Qué decidirías cuando hacer feliz a la persona a la que amas significa también destrozarte el corazón?
Impresión personal.
Aunque en la sinopsis nos señalan que Yo antes de ti es una novela "conmovedoramente romántica" yo no creo que ésta sea una novela romántica aunque la relación final entre los dos protagonistas acabe siendo  de amor mutuo. Pero como digo, esto es al final, un amor que además tiene la gran trampa de un sacrificio consentido y admitido por ambas partes. El resto de la novela a mi me ha parecido más la lucha de la esperanza frente a la derrota de la realidad más dura; una historia de superación personal de los dos protagonistas, cada uno a su manera; y de una velada crítica social en varios aspectos como los de la dependencia y la eutanasia, la accesibilidad física de nuestras ciudades y nuestros establecimientos, incluso, de los estereotipos sociales que creamos en nuestro ámbito familiar al que no creo que ninguno seamos ajenos.
Esto no quiere decir que la novela no me haya conmovido. ¡¡Vaya si lo ha hecho!! He sonreído con los protagonistas porque me encantan esos diálogos llenos de "dardos inteligentes" que se disparan uno a otro, como cada uno de ellos va rompiendo sus respectivos moldes mentales a fuerza de una sinceridad aplastante que coge al otro desprevenido; también he llorado ("a moco tendido") por las situaciones personales, sobre todo, de Will; he sentido rabia por la actitud social y de las dos familias, cada una de ellas por motivos diferentes. Si por mi hubiera sido hubiera abofeteado a gran parte de la familia de Lou y creo que hubiera tenido alguna voz con cada miembro de la familia de Will. En fin, que cada corto capítulo ha sido todo un cúmulo de sensaciones en función de quien lo contaba y de qué contaba.
Empezando por Lou, y teniendo en cuenta que la novela se desarrolla al mismo ritmo que sus personajes, diría que es un personaje con el que es muy sencillo conectar aunque parte en un principio de un retraimiento y una tan baja autoestima personal que a mi en muchas ocasiones me ha puesto de los nervios. Siendo una persona vitalista, amena y desenfadada, parece que lo único que ha conseguido en la vida es llamar la atención por la extravagancia en su manera de vestir. Y no me extraña, porque si algo me ha molestado de su historia ha sido su familia y su novio Patrick. Los estereotipos familiares que suelen estar presentes en casi todas las familias con más o menos virulencia, en la familia de Lou a mi me ha parecido que se lleva al extremo de tal forma que la minusvaloración de Lou lo único que consigue es hundirla mucho más en su baja autoestima para que el resto de la familia siga "chupándole la sangre" que es lo que en realidad hace. Todos dependen de Lou para vivir pero Lou es la hermana tonta frente a la hermana lista, la hermana fea frente a la hermana guapa, la hija rara frente a la normal. No hay un sólo momento en que su familia apueste de algún modo por ella. No es que sea la segundona, es que no es nadie a quien prestar un mínimo de atención. Si a eso sumamos la "estupidez" de un novio "musculito" que no ve más allá de su propio cuerpo y sus propias marcas personales, a nadie extrañará que su encuentro con Will y sus circunstancias haya provocado un cambio sustancial en su vida y en la confianza sobre ella misma y sobre lo que le rodea. Tengo que reconocer que a veces cuando leía escenas en el ámbito de la familia de Lou, me he acordado de la película Matilda. Ya sé que es exagerado, pero a mi se me venía a la cabeza sin poder evitarlo. 
Por otro lado, tenemos a Will Traynor, que al principio de la novela se nos presenta fugazmente como un chico exitoso, ambicioso, deportista y bien acompañado en cuestión de mujeres, además tan ocupado con su trabajo y con su móvil que no puede evitar ser atropellado por una moto que le deja tetrapléjico para siempre. En esta última situación es realmente como Lou encuentra a Will al cabo de dos años del accidente. Una persona joven amargada y hundida en una silla de ruedas, sin perspectivas de futuro, insolente y sarcástico que no tiene mayor deseo que el de que su vida acabe cuanto antes. Junto a Will aparecen sus padres y una hermana que reside en Australia. Una familia fría y distante que tiene sus propios problemas internos en el matrimonio y que no hace sino empeorar con la situación de Will. Realmente una familia forzosamente unida por la situación de su hijo.
Finalmente, al lado de Will, con anterioridad a la irrupción de Lou en su vida, tenemos a Nathan, su fisioterapeuta y amigo que acompañará a Lou en todas sus propuestas para animar a Will y hacerle entender que la vida vale la pena ser vivida.
La historia de la novela podría parecer una historia triste, pero aunque me ha sacado las lágrimas, me ha parecido la historia de una relación muy fresca y sincera a pesar de las circunstancias y una historia de lucha de unos personajes con unas posturas muy contradictorias respecto de la vida y la muerte y respecto de la manera de vivirla. Una Lou que podría vivir con lo mínimo, sin moverse de su pueblo, simplemente gozando de unas relaciones personales que la tengan en cuenta, sin aventuras ni imprevistos. Sin embargo, Will anhela, en casi todo, lo contrario: una vida llena de pasiones, de actividades de riesgo, de viajes continuos y de éxitos laborales. Estas diferencias estarán en la base de una de las temáticas más importantes que trata la novela: el derecho a decidir de las personas que en determinada situación extrema desean morir. Un tema controvertido con multitud de opiniones, teorías y falacias en todos los sentidos. La novela a través de los hechos que van aconteciendo nos va posicionando en los pros y los contras de esa lucha vital, una lucha real que muchas personas viven cada día junto a unos familiares con poca o nula capacidad de acción.
Además se nos muestra día a día la vida de un discapacitado extremo, como tantos que tenemos cerca, las necesidades de cuidados continuos y permanentes, las necesidades de espacios adaptados, de transportes adecuados y una mirada social llena de normalidad más que de pena o caridad. Un discapacitado extremo con capacidad adquisitiva elevada y que vive aún así unas situaciones realmente duras. No es difícil imaginarse cuando la discapacidad se da en cualquier familia de clase media o baja donde es inviable tener cuidador las 24 horas del día o adaptar una vivienda inadaptable.
Recomiendo esta novela. A mi me han encantado sus personajes y sus vidas, sus esperanzas y sus sueños y he coincidido con ellos en emociones de todos los tipos. Seguro que la volveré a leer cuando pase un tiempo porque me cuesta abandonarlos en la estantería.