Yo confieso que me gustaría que ganase No en lugar de Amor (y eso que me gusta a rabiar Haneke). Pablo Larraín me tiene totalmente embelesado desde su primer fotograma. Cineasta iluminado por la gracia de Buster Keaton, la inspiración de Charles Chaplin y el riesgo de Harold Lloyd. Desde el principio siempre pensé que recogía la tradición del burlesco para tratar temas tan graves, como poco divertidos, de dictadores y opresión. Los genios del cine mudo fueron los primeros y verdaderos indignados que se rebelaban contra el orden establecido pero que se veían acallados por el sistema (miseria, orden público, desequilibrios sociales…). En Tony Manero y Post Mortem me reí a carcajadas en varias de sus secuencias, mientras que el patio de butacas giraba su cabeza para ver quién era el desequilibrado, que osaba reírse de aquella manera. No confirma lo que ya se intuía, a su elegancia narrativa se añade que su sentido de humor se convierta en la firma de su inteligencia. Por eso todo mi amor va para No (de lo mejor que pasó por el Festival de San Sebastián 2012) y en el fondo de mi corazón deseo que se lleve el Oscar. Aunque si hay sorpresa, al final, puede venir de A Royal Affair.A Ang Lee le recomendaría volver a las grandes explanadas de tierra firme, en el mar se ve que se marea o, quizás con suerte, sólo sea esporádico y se trate de que algo le haya sentado mal (las malas lenguas osarían decir que si bebes no conduzcas, ergo si ruedas no…). Hablando de Argo, Ben Affleck, justo es no nominarle como actor pero injustificadamente olvidarle como director, merece algo por el brillante de película que representa Argo.Eso sí, empiezo a mosquearme por la ola de reconstrucción, manipulación histórica y, al fin y al cabo, propaganda política que los grandes de Hollywood han decidido llevar a cabo: el propio Argo, Lincoln, Django desencadenado, La noche más oscura, The master... Sinceramente parece que nos quieren convencer de que todos sus decisiones a lo largo de su historia han sido las únicas y, por supuesto, las correctas. No, no y no. Todos los países se han equivocado en algún momento, incluso, en muchos pero los EE.UU. no son los mejores para dar ejemplo de democracia intachable.No hablemos de lecciones de moral. El vuelo podía haber sido un bombazo. Denzel Washington está que se sale, pero los últimos diez minutos de la película producen más mareo que la escena del aterrizaje forzoso. Eso es lo que se calificaría como una excelente forma de destrozar un film que iba bien, mejor dicho, muy bien. De Los Miserables (este espacio tiene la costumbre de tratar es exclusiva del buen cine) no diré nada excepto de Anne Hathaway (versión Renée Falconetti en Juana de Arco, -¿a quién se le ocurre hacer de un juicio una pelicula muda, -a un genio, Carl Th. Dreyer en 1928). No me creí ni los títulos de crédito. Eso sí el título es perfecto.Hollywood atraviesa una profunda crisis de inspiración y se producen casi en exclusiva grandes maquinarias de marketing en forma de remakes, series y superhéroes. Y eso que la venta de entradas entre 15 y 24 años ha descendido. El formato medio, alrededor de los 30 millones de dólares, que suele ser el destinado a un público adulto, casi ha desaparecido. Por ello este año, tendencia que se ampliará en las próximas ediciones, Oscar recibe más películas independientes que de costumbre. Menos mal porque son las más arriesgadas e interesantes.Bestias del sur salvaje, Amor, War Witch o hasta El lado bueno de las cosas, un logrado ensayo retro de screwball comedy (género por excelencia de los años posteriores a la Gran Depresión, la comedia alocada) son lo mejor de esta cosecha y también tienen su punto las nominaciones artísticas de la estilizada Anna Karenina. Como curiosidad este año la diferencia de edad en la mejor actriz es la más amplia de toda la historia de los premios. Quvenzhane Wallis, 9 añitos, y Emmanuelle Riva, nacida un 24 de febrero, como el día de la ceremonia (¿será una premonición?), pero de 1927, y que se ha convertido en la artista más mayor jamás nominada. Y por último, el mejor documental también me tiene el corazón partido entre los excelentísimos cinco nominados, pero me gustaría acabar con una nota suave y Sugar man te deja un sabor de boca dulce como la miel. Y a vosotros ¿que os han parecido las nominaciones?