Uno de los libros con cuya lectura disfruté enormemente el año pasado fue con , por lo que cuando hace unas semanas salió a la venta Yo fui a EGB 2 y la editorial me ofreció un ejemplar para leer y reseñar en el blog acepté encantada con la certeza de que me iba a gustar tanto como el primero, como así ha sido.
En las primeras páginas Javier Ikaz y Jorge Díaz nos explican que, tras el éxito de , recibieron muchas peticiones para que escribiesen una continuación con todo lo que tuvieron que dejar fuera y de ahí el volumen que tenemos ahora en nuestras manos, en el que se incluyen temas que no se habían tratado en el primero y se retoman otros que sí aparecieron pero sobre los que hay muchas más cosas que contar. Como os comentaba en mi anterior reseña, la EGB comprende un periodo que se extiende desde principios de los setenta hasta mediados de los noventa, por lo que es fácil deducir la dificultad de englobar tantos años en un único volumen.
Al igual que en el anterior,
lo primero que llama la atención cuando lo tenemos en nuestras manos es lo cuidada que está la edición, la cual nos permite con un simple vistazo, gracias a las fotografías e ilustraciones incluidas, trasladarnos en el tiempo y revivir, en función de la edad que tengamos, lo que fueron nuestros años de infancia y juventud. A lo largo de las páginas nos vamos a encontrar, como ya ocurría en Yo fui a EGB, con divertidas sorpresas, guiños y algunos test para poner a prueba nuestros conocimientos, completándose todo ello con unos extras entre los que se incluyen pegatinas, un pequeño póster e incluso en las páginas finales El gran juego de la EGB, con el que podremos disfrutar en familia o con nuestros amigos.Por lo que se refiere al estilo, Yo fui a EGB 2 está escrito siguiendo las mismas pautas que y así nos encontramos con un tono coloquial y cercano gracias al lenguaje natural y sencillo que los autores emplean en la redacción. A lo largo de las páginas se va combinando el texto con las ilustraciones por lo que es un libro que se lee con mucha agilidad, resultando una lectura entretenida y que se disfruta enormemente por la capacidad que tiene de evocar entrañables recuerdos en nuestra mente.
Vuelven a ser diez los temas en los que se centra el libro, abarcando cada uno de ellos una temática diferente. " Maneras de vivir", " Horror en el ultramarinos", " Un tambor lleno de juguetes", " ¡Mi casa...! (ahí va, y la mía)", "Tecnología EGB", " ¿Echamos un partido?", " Me paso el día bailando", " Vaya, vaya, aquí no hay playa", " Mirando la programación" y " Vuelve, a casa vuelve, por Navidad", son los títulos bajo los que se engloba un recorrido por diferentes aspectos relacionados con dicha época, que van dando lugar a pequeñas subdivisiones. Así a lo largo de las páginas recordaremos cómo era la rutina de nuestro día a día, desde que sonaba el despertador para ir a clase hasta que nos volvíamos a acostar repasando las horas pasadas en compañía del chico/a que nos gustaba, el control sorpresa que habíamos tenido o las partidas que habíamos jugado en la sala de recreativos. Volveremos a visualizar la decoración de nuestras casas, con esas paredes que pasaron del papel al gotelé y con los famosos sillones de escay que tan poco nos gustaban... Pero también iremos de compras a la tienda del barrio, esa en la que podemos encontrar un surtido variado de todo lo que necesitamos ya sea comida, material escolar o juguetes, hasta que lleguen los hipermercados y nos quedemos fascinados ante su tamaño y variedad.
Completan este recorrido dos temas vinculados en cierta manera con las vacaciones: la playa y la Navidad. La nevera portátil repleta de comida, la sombrilla floreada o el famoso balón de Nivea era algunas de las cosas que no podían faltar en las escapadas playeras, junto a nuestras "cangrejeras", que curiosamente se han vuelto a poner de moda este verano. En Navidad poníamos emocionados el árbol repleto de adornos junto al portal y cantábamos villancicos en familia tocando con nuestra pandereta, esperando los momentos más emblemáticos de la televisión como eran el famoso discurso del rey, la retransmisión de las campanadas o el programa de humor con el que Martes y trece nos amenizaban la cena.
Como veis, un recorrido de lo más completo en el que iremos recordando cosas que quizás teníamos abandonadas en algún rincón de nuestra memoria y que gracias a Yo fui a EGB 2 volvemos a recuperar. Es por eso que la lectura de este libro resulta tan recomendable, supone un viaje en el tiempo que nos permite volver a ser niños durante unos instantes y recuperar algunos recuerdos entrañables que evocan los momentos felices que pasamos en esos años. Es difícil explicar las sensaciones que transmite por lo que lo mejor es experimentarlo por uno mismo puesto que si pertenecemos a esta generación, quien más y quien menos se va a sentir identificado con alguna de las muchas cosas que se comentan en las páginas, no solo con las imágenes sino con las experiencias e impresiones que sentíamos ante determinados momentos.
Como ya os comentaba en la reseña de , una de las cosas que más me gusta de estos libros es, además de la sonrisa permanente que te acompaña durante su lectura, la capacidad de recordar cosas que tenías completamente olvidadas, aunque algunas aún estén en algún cajón de casa. Es el caso por ejemplo del estuche de Cuca-Dols, el juego para diseñar moda, las cajas de caramelos Rallye en las que guardaba mis cromos de palma, los masqueseros, la pipa y la bola que vuela, la colección de la pandilla basura, el vestido de la barriguitas para esconder el rollo de papel higiénico, el piano de Blancanieves y los Siete enanitos con el que ahora se lo pasa en grande mi sobrina, los rockys, el vestido de flecos indios, el castillo de Exin o el juego de En busca del imperio cobra entre otros.
La única pega que tienen tanto este como el anterior, es lo rápido que llegamos a la última página y volvemos a la realidad, la lectura es tan agradable que nos gustaría que siguiesen mostrándonos cómo era el mundo que nos rodeaba en aquellos años, en los cuales nosotros lo veíamos todo desde otra perspectiva, la de los ojos de unos niños que quedaban fascinados con cualquier pequeño cambio que se produjese. Y es que únicamente echando la vista atrás nos damos cuenta de cuánto ha cambiado todo, de cómo se han perdido algunas costumbres y se han ido modificando los hábitos en la sociedad, además de percibir el cambio que se ha producido en nosotros mismos, por entonces niños felices y sin responsabilidades, algo que ahora ha quedado atrás.
Llegados a este punto es evidente que el libro me ha encantado y que es una lectura que recomiendo sin ninguna duda, especialmente si estáis dentro de lo que se ha denominado "generación EGB". Yo fui a EGB 2 es un libro que nos permite echar la vista atrás, algo que siempre resulta agradable, rescatando recuerdos y sensaciones que teníamos olvidadas y que nos permitirán disfrutar de esos años pasados que con tanta nostalgia y cariño recordamos. Por otra parte y teniendo en cuenta las fechas que se aproximan, creo que resulta una opción muy acertada para regalar estas navidades a aquellas personas que han vivido este periodo aunque no sean aficionados a la lectura, pues casi con total certeza van a disfrutar de todo lo que su interior ofrece. Así que ya sabéis, si tenéis algún conocido a quien no sabéis que regalar y encaja en el perfil, tanto Yo fui a EGB como Yo fui a EGB 2 son una opción a tener en cuenta.
Si te ha gustado mi reseña, puedes comprar Yo fui a EGB 2 a través de los siguientes enlaces:
Gracias a la editorial por facilitarme el ejemplar para su reseña