Yo he votado.

Si, el 9-N he votado, y además soy de los que lo han hecho harto de tanta estupidez del nacionalismo español, por tantas tonterías, barbaridades, mentiras, insultos, difamaciones y por culpa de un montón de personas y grupos, Rajoy, Sáenz de Santamaría, Cospedal, Sanchez Camacho, García Margallo, Monago, Feijoo, Sanchez, Díaz, Rosa Diez, Mario Vargas Llosa, Cayetana Alvarez de Toledo, Tribunal Constitucional, Libres e Iguales, Sociedad Civil Catalana, y un larguísimo etcétera, que no han dejado ni un minuto de darnos a los catalanes que no veíamos claro lo de la independencia y preferíamos otra solución, toneladas de motivos para ir a por ella, entre otras razones para poder mirar a la mayor parte de toda esta montaña de estupidez y colonialismo imperial desde el otro lado de una frontera.

Por la tarde, después de votar, hablé con mi amigo galés y para darle las razones por las que voté le dije que aunque Franco murió en 1975, después de un paréntesis hasta el año 2000, por culpa de Aznar y Rajoy el régimen de Franco se está reinstaurando, y por esto hay tanto y tan profundo  descontento en Catalunya y en el resto de España.

En la mesa en que he votado el ambiente era fantástico. Se ha de reconocer que los que iniciaron y promovieron este proceso a la independencia tuvieron, muy al contrario que los de Madrid, la gran inteligencia de plantearlo como una movida pacífica, alegre y cívica, cosa que aparte ser eficaz deja indefensos y sin saber por dónde tirar a unos políticos que solo tienen respuestas violentas, burocráticas, incivilizadas y totalitarias, y que sin duda hubiesen preferido mil veces tener que enfrentarse a una ETA o Kale Borroka catalana.

Aparte una cola que llegaba a dos terceras partes de la manzana (las manzanas del ensanche de Barcelona tienen 100 metros de longitud), había un ambiente de fiesta, la gente era amable con todo el mundo, abundaban las bromas, las risas y las sonrisas, y encima, a pesar de lo complejo del sistema de votación, estaba bastante bien organizado y la cola avanzaba con relativa rapidez. También he visto un par de coches con una gran bandera española, uno de ellos parado en un semáforo del Paseo de Gracia tocando la bocina para llamar la atención, pero la gente no les hacía ni caso.

Por supuesto que cuando aparezcan las primeras cifras, desde Madrid las pondrán en seria duda, pero digan lo que digan, los que lo hemos vivido sabemos que ha sido un gran éxito. Éxito de Mas, por cierto, del que hace unas semanas todos, propios y ajenos decíamos pestes por organizar un simulacro de referéndum.

La lástima, una vez más, es que me temo que tampoco servirá de nada, porque para que se solucionase de manera racional el problema que el propio PP creó, los políticos que como he mencionado antes solo tienen respuestas violentas, burocráticas, incivilizadas, totalitarias y encima no se equivocan jamás, deberían cambiar radicalmente de mentalidad.

Las cosas se han de tomar con sentido del humor y por eso adjunto el chiste de Ferreres de El Periódico del 8-N, y como que la misma mañana del 9-N Camacho se puso a rebuznar como una loca con la clarísima intención de convencer a los que todavía dudaban si ir o no a votar, también adjunto una foto que retrata muy bien las inmensas tonterías que suelta.

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