No soy lectora habitual de las novelas ganadoras del Premio Planeta salvo que sean de algún autor que me guste especialmente, pero este año algo me llamó la atención de ella, principalmente que estuviera protagonizada por una mujer, y eso que no, no me gustan los libros de romanos. Las películas me encantan, pero en literatura… como que no. Hasta ahora. Ahora debo hablar en pasado y decir: no me gustaban los libros de romanos. Y es que tras leer esta novela que, además, ha supuesto mi estreno con Santiago Posteguillo, tengo que admitir que estaba equivocada porque ha sido una lectura fantástica. Hoy os hablo de Yo, Julia.
Mi opinión
Julia Domna es la esposa de Septmio Severo, gobernador de Panonia durante el gobierno del emperador Cómodo. De origen sirio e hija de reyes, su inteligencia y ambición no solo estaban a la altura, sino por encima de su belleza. Tras el asesinato de dos emperadores, primero Cómodo y después Pertinax, en el transcurso de unos pocos meses, Julia es consciente de que ha llegado el momento de empezar a luchar por su objetivo que va mucho más allá de que su marido consiga vestir el manto púrpura.A través de un narrador omnisciente y estructurada en cinco grandes partes encabezadas todas ellas por un fragmento en primera persona en la voz de Galeno, el célebre médico, Yo, Julia es la historia de una mujer que luchó por su objetivo en una época en el que su papel debía haber sido otro y la crónica de una época fundamental de la Antigua Roma, de 192 a 197 d.C., una época que solo nos han contado con nombres masculinos, como siempre se nos cuenta la historia, pero que tuvo una protagonista determinante sin la que todo hubiera sido completamente distinto: Julia. Santiago Posteguillo dibuja con minuciosidad y realismo una mujer tan bella como inteligente, una mujer valiente y decidida sin la que su marido probablemente no habría pasado de ser un gran general romano. Una personalidad arrolladora que traspasa las páginas del libro gracias a un perfil detallado que habla a través de sus actos y palabras, del mismo modo que lo hacen todos los personajes, principales y secundarios, que desfilan por esta novela.
Yo, Julia abarca cinco intensos años en los que se sucedieron cinco emperadores y además de hablarnos de luchas de poder toca temas tales como los conflictos de género en el poder y la xenofobia, no en vano Julia, originaria de Siria, no deja de ser vista como una extranjera en Roma. Del mismo modo, Yo, Julia es también una apasionada historia de amor y es que la protagonista y su marido fueron, en doscientos años, el primer matrimonio imperial realmente enamorados. No faltan tampoco batallas épicas como la de Issos y la de Lugdunum, narradas con todo lujo de detalles, pero sin perder en ningún momento la agilidad y fluidez que impera en la narración desde las primeras páginas.
No cabe duda que Santiago Posteguillo ha realizado una ingente labor de documentación que plasma en la novela con sencillez, quedando perfectamente integrada en la narración, sin suponer nunca un lastre en la lectura, sin abrumar con datos y consiguiendo una ambientación magnífica en cualquiera de los escenarios que recorremos de su mano y en cualquiera de los momentos que vivimos junto a los personajes: la tensión previa a la batalla, el miedo de no saber qué estará sucediendo en la lucha, la pasión de la pareja, los en ocasiones inevitables celos… Todo ello narrado con un lenguaje sencillo, salpicado de algún oportuno latinismo, y con un estilo visual y ágil que invita a devorar página tras página.
En definitiva, no puedo más que recomendar Yo, Julia la historia de una mujer determinante en la historia de la Antigua Roma. Una mujer fuerte, inteligente y ambiciosa que luchó por conseguir su objetivo. Una novela con una fabulosa ambientación y con unos personajes potentes e inolvidables que nos llevarán de la mano por una trama llena de intrigas. Una fantástica e intensa novela en la que sus casi 700 páginas vuelan en las manos mientras se conjugan esos dos aspectos tan importantes en cualquier novela histórica que se precie: instruir y entretener.