Revista Cultura y Ocio
A Kira, gracias por despertarme.
Ya eres y serás eterna en mí.
En esta vida efímera, algunos y algunas consiguen la eternidad.
A mi padre, un valiente de los que no quedan. Te quiero Papá.
Corre mientras te quede un solo aliento,
cierra los ojos e imagina una eternidad así.
El tiempo se vengará de tu felicidad.
Siente la paz del aire limpio,
la velocidad invencible de mandíbula trincada.
Hoy es tu eternidad,
es el regalo que te hago
por amar mi soledad.
Tu peor enemigo eres tu y es invencible.
Camina y respira mientras puedas,
todo edificio es Madrid,
toda juventud está en un anciano en soledad,
el olvido mata al ayer que no existe
y si tu quieres lo dejamos en un "no existió".
Yo quería matar a mi padre y lo quise aún más,
Yo quería matar a mi padre y encontré mi verdad,
Yo quería matar a mi padre y maté la imagen que tenía de mi.
Perseguí, sin cesar, al imbécil que creí que me debía convertir para quererme.
Basta ya de canciones con prejuicios dormidos,
incapaz de decirle al obrero que lo amas.
Acaba de pasar el camello al que no te atreves a preguntar.
Distinta muerte,
distinto recuerdo,
una nueva persona llena de vida,
atrae tu suerte el futuro muerto,
el recuerdo derrotado en ambulancia
del que se arrastró por mil lonas.
Yo quería matar a mi padre;
maté a Israel Jorge
y empecé a vivir.
*Imagen extraída de la película " Yo maté a mi madre" (2009), Xavier Dolan.