Ante la trasnochada y conservadora forma de ver la enfermería en este país por parte de algunos miembros del colectivo médico, l@s enfermerr@s de esta"piel de toro"; que somos much@s, debemos posicionarnos de manera rotunda. El clásico "siempre se ha hecho así", "hay cosas que nunca cambiarán", y "tú calla y sigue", son conceptos y puntos de vista que debemos erradicar de nuestras filas. Con arreglo a la LOPS ( Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias) todavía hay que seguir puliendo muestro espacio en una especialidad, la sanitaria, tan complicada como apasionante. Y quizás hasta de eso vaya, de pasiones, emociones encontradas en un mundo complicado lleno de verticalidad, jerarquía y que hiede a testosterona mal conjugada.
Ser mujer en un mundo de hombres es complicado, ser mujer en una profesión de mujeres en un mundo de hombres es la guerra. ¿Suena atronador? Sí. Pero, queridos lectores y lectoras, ruego encarecidamente que nadie se ofenda por mostrar la cruda realidad. La verdad no ofende, ofenden las formas; y desde luego en el arduo trabajo de ofender, no ofende quien quiere sino quien puede.Dejando a un lado ésto, yo creo que en este país de cultura desahogada, la sanidad y sus instituciones son lo suficiente solventes y maduras para , de una vez; tomar posiciones frente a los beneficios de los usuarios. Que la Enfermería está capacitada para ejercer sus trabajo es algo de sobra sabido y valorado a nivel europeo, sólo falta dar ese merecido empujón que la profesión necesita, hacia la responsabilidad y el buen hacer.
Como siempre digo, no necesito hablar mal de otras profesiones para defender la mía, no necesito humillar, gritar o faltar al respeto y honor de una persona para posicionarme en mi lugar. La enfermería lleva décadas aguantando maltrato y acoso laboral por la condición de ser enfermeras y mujeres, es decir porque hay quien todavía cree que ser médico y hombre le posiciona en un estrato superior, como si fuésemos milhojas.
Es hora de decir ¡BASTA YA!