Yo no puedo callar. 18

 El recordado artista, intelectual argentino Ricardo Martin, residente de Costa Rica durante muchos años debe estar bailando en su tumba. La razón de su júbilo y también del  nuestro: ocho de los integrantes del taller literario La Garúa que él dirigió han hecho al grupo explotar en un intenso aguacero al publicar una colección de libros, para ser exactos ocho volúmenes con alrededor de quinientas narraciones en total. El miércoles 9 de mayo Delia, Manuel Pérez Petit ( editor y escritor español que nos visita vía México) y yo fuimos convocados por Gloria Lucía Henao a la Casa México para que les acompañáramos en el evento.

El grupo está conformado por costarricenses, colombianos, uruguayos, españoles. También hay una diversidad de profesiones y oficios entre los integrantes lo cual repercute en la visión de mundo de cada escritor y el micro cosmos literario que crean. 

 La siguiente es la lista de los escritores y el título de sus obras: 1  Santa Clara de los confusos por Aramis D·Alessio 2  Cuentos sin cuento por Floria Herrero Pinto 3  Va de Cuentos por Elba Cléves 4  Divertimentos y Caprichos por Solum Donas 5   Arturo se convierte en Fantasma por Liana Fornier de Serres 6  Los Párpados de la muerte por Edel Mari Pérez 7   El bardo errante por Armando Peña
8  Estación Azrael por Gloria Lucía Henao
   El recinto se encontraba repleto.  Todo formal y ordenado. Abril Gordienko Lopez  fue la primera en tomar la palabra al dar la bienvenida y entregar el discurso de fondo. Elba Cléves y Armis D· Alessio rompieron la seriedad de la noche con el humor refrescante de sus cuentos. Luego cada escritor se encargó de presentar a sus compañeros conforme iban leyendo.

 
  En el público se encontraban varios miembros del Consulado Colombiano, doña Estrella Cartín de Guier(presidenta de la Real Academia de la Lengua), doña Nury Gallego de Jaramillo y su familia, doña Xenia Godienko y su familia además de doña Mercedes López de Gordienko, ex ministra de cultura juventud y deportes
  Fue una noche sumamente agradable. Un público muy interesado que aprovechó la sobremesa para comprar libros, obtener firmas y saludar a sus amigos. Nos parece muy acertada la idea de publicar volúmenes separados en vez de una antología que a menudo ocasiona tanta incomprensión, exclusión y resentimiento.

Para La Coleccionista de Espejos  Franklin Perry