Así de claro lo digo (quien dice un camión dice un coche grande y estiloso, con gps y todos sus avíos).
Es que mi coche es muy chico, una pelotilla, vamos, y muchas veces cuando voy por la mañana al trabajo me apabullan los camiones por la autovía. Y me digo a mi misma: “Si yo tuviera un camión os ibáis a enterar”. Y dejo de escuchar las noticias y me pongo a pensar en camioneros tipo Bruce Springsteen, con su camisa de cuadros y sus vaqueros bien puestos… ay que se me va la idea. Perdón. Es que me distraigo con nada.
El caso es que muchas veces a una le gustaría ir por la vida como van los camiones por la autovía: Seguros, lentos pero a una velocidad digna y dejando que los demás se sientan como una hormiga a su lado.
Pero, no, no soy una persona camión (aunque si sigo comiendo acabaré teniendo el volumen, por lo menos). Soy una persona “micra”. Es así, no me queda otra.
Y además ni tengo el carnet de camionera (bastante me costó el de coche, que aprobé a la quinta), ni me pongo vaqueros, ni sirvo para eso.
Puestos a identificarme, yo sería más bien Penélope Glamour: Cursi, con un coche chico descapotable y viendo la vida de color de rosa.
Ya a estar alturas me tengo que asumir. Ea, allá voy a quemar asfalto.