Revista Educación

Yo qué sé ya

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Yo qué sé ya

Miren, ya sucumbí.

Estoy en un estado de incredulidad tan pasmoso que me cuesta subir el nivel (no, por favor, no lo intenten, y que la naturaleza deje de demostrarme que puede en plan "Sujétame el cubata").

Sucumbí a las dudas, al miedo, al cansancio, a la torpeza, al cambio constante de las normas, a la falta de luces, a terminar de ver el círculo como una carrera y que empiece de nuevo... Me siento como un personaje de esos de Benny Hill (qué horror), todo el rato en movimiento con una musiquita repetitiva detrás que no acaba nunca.

Sucumbí al desánimo de ver cómo todo empeora y no poder comprender las decisiones, la falta de decisiones, la acción, la inacción... Y venga a dar vueltas.

Sucumbí a intentar comprender razonamientos cargados de dobleces y aristas y capas y más capas de razones que me empeño en contrastar moralmente para no caer en la crítica fácil. (Que yo tardo en llegar a conclusiones obvias porque siempre doy un voto de confianza, pero es que vivo en Madrid. Pues eso).

Estoy muy cansada (por no decir hasta el moño). Que la gente haga lo que le dé la gana con su estupidez, que yo ya haré lo propio con la mía. Ya me cansé de dar vueltas intentando comprenderlo todo y a todos. Que las explicaciones y las reflexiones y los debates y las noticias me saben ya todos igual.

Será el efecto de la pandemia que ya ha calado y ha hecho mella en mí. O esta empatía tan horrorosa que no deja de recordarme el número de muertes diarias (cada día lo busco... y me horroriza cada día).

Ya me cansé y lo único que quiero es que llegue la vacuna a todas partes. Que 2020 ya pasó y miren, estamos igual o peor.

Yo qué sé ya.

Yo qué sé ya

P.D.: Hay motivos para la esperanza, pero me los miro mañana.


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