Revista Ciencia

Yo quería ser Au y me quedé en Fe

Publicado el 15 marzo 2020 por Scarioshr Óscar Huertas @ScariosHR

Mi historia es la de muchos otros.

Soy lo que soy por mi historia, pero hoy podría ser otro y el mismo. Incluso podría no ser.

Al principio no era. Nadie ni nada era ni existía. El tiempo no pasaba, el espacio no existía, la materia ni la energía tenían sentido.

Y de repente, hace 13.800 millones de años comenzó a existir todo. En aquel tiempo éramos todos uno. Una sopa homogénea de quarks, electrones y gluones. Sin distinción, sin importancia, todo homogéneo, todo igual, todo nuevo.

Pero pronto aparecieron las facciones, las separaciones en grupos... los enfrentamientos. Las pandillas de Quarks comenzaron a reunirse en tercetos. En apenas 0.00001 segundos se formaron ternas de quarks que buscaban su propia identidad, su propio sentido.

Nos separamos en protones (cabales y estables) y neutrones (irracionales, inestables, inconformistas). Los electrones no quisieron formar parte de estas disputas, siembre han sido verdaderamente elementales. Las consecuencias no tardaron en sentirse, todo se comenzó a polarizar, a pesar... sentíamos las fuerzas y tensiones que se originaban. Y yo, o más bien una parte de mí, sucumbió, como la de tantos otros en aquel momento. Las fuerzas fundamentales nos afectaban a todos. Me convertí en un protón.

Tardaríamos aún unos largos 100 segundos en llegar a acuerdos. La mayoría se conformaron con ser núcleos independientes, de hecho la mayoría de los núcleos, el 75% se mantuvo de forma aislada. El resto tomaron la decisión, por miedo o por entropía, de sucumbir a las fuerzas y formar grupos de dos protones y dos neutrones. Sin embargo todos compartimos una forma positiva de ver la vida. Por su parte los electrones siguieron siendo un pueblo libre con una forma muy negativa de ver la vida, pero libres al fin y al cabo.

Estábamos divididos en núcleos de diferente número de protones y neutrones y electrones libres. La tensión y la temperatura de las relaciones seguía siendo muy alta. Seguíamos siendo al fin y al cabo... plasma. Los neutrones que no se unieron a nadie fueron aniquilados.

Sabíamos de la existencia de los fotones... pero nadie los había visto nunca. No sabíamos de la existencia de otras poblaciones de las que hoy tenemos evidencia. Los llamamos los pueblos oscuros.

Así fue nuestra historia durante más de 380.000 años. Hasta que todo se enfrió. Núcleos y electrones nos paramos y sentimos la atracción, dejamos que nuestros pueblos se unieran y nos convertimos en los primeros átomos. La mayoría éramos hidrógeno y un 25% éramos helio.

Nuestro nuevo carácter más neutro liberó a los fotones que comenzaron a moverse por todo el universo a toda velocidad. Bueno, a toda no, a unos 300.000 km/segundo.

De aquel momento guardo las primeras fotos de familia. Las primeras fotos de familia y las primeras fotos de todo. Aquí estamos en el fondo cósmico de microondas.

Yo quería ser Au y me quedé en Fe

La historia anterior a este momento no puede ser observada, no tenemos fotos, no podemos tenerlas.

En esta primera foto se ve que no estábamos por todas partes igual de distribuidos. De las zonas más densas nacerían las primeras metrópoli (estrellas). Las poblaciones de hidrógeno se dejaron atraer por la oportunidad de una vida más grave y así fueron surgiendo zonas con más y más población. La presión y la temperatura fueron creciendo hasta que de repente... volvimos a separarnos, a escindirnos, a ser plasma con núcleos y electrones separados.

Esto nos dio la oportunidad de volver a nacer, de ser helio o seguir siendo hidrógeno, de fusionarnos si así las condiciones lo permitían.

Las zonas más densas no solo fueron dando lugar a ciudades estrella, sino también a verdadero países galaxia llenos de estrellas en las que se producía fusión nuclear y se emitían grandes cantidades de luz y calor que también podemos observar hoy en día.

Algunos no nos conformamos con ser helio y quisimos seguir creciendo en la vida, aunando esfuerzos para ser más pesados y grandes. En algunos sitios grandes, propicios y de mucha energía algunos seguimos fusionándonos hasta convertirse en carbono, nitrógeno, oxígeno, sodio, magnesio, cloro... Algunos incluso llegamos a formar parte del hierro.

Si, formo parte del hierro. Soy uno de los 26 protones que junto a 30 neutrones (normalmente) y 26 electrones formamos este átomo de hierro (digo normalmente porque en ocasiones hay 29 y las menos de las veces 31 o 32 neutrones).

Recuerdo que en las ciudades pequeñas la materia no podía llegar a nada más en la vida que ser hierro y tras 10.000 o 100.000 millones de años quedar atrapados en una estrella apagada (ay qué muerte tan triste).

Pero en las ciudades estrella más masivas y grandes de vez en cuando se producía una grán explosión de supernova que daba lugar a una nube de polvo y gas de la que nacería otras estrellas. En esta ocasión las estrellas no eran de hidrógeno y helio sino que se conformaban y nutrían de muchos otros elementos. Eran y son procesos muy violentos, pero daban oportunidad a las partículas de formar parte de elementos mucho más pesados y preciados como el oro la plata y el plomo.

La estrella más cercana a la que vivo es una de esas de segunda generación. Una supernova dió lugar hace 4.500 millones de años al sitio más activo y se formó el sol. Sin embargo no todos llegamos a formar parte de esa parte central y nos quedamos en grupos más o menos grandes que son los planetas, como el planeta tierra, en el que vivo hoy en día.

Si amigos, me estanqué en la vida. Yo era un protón de hierro en una estrella de primera generación con aspiraciones. Pensé que la supernova me daría nuevas oportunidades pero quedé encerrado en el núcleo de un planeta alrededor de una estrella que no es nada del otro mundo. No pasa nada. Reclamo mi derecho a ser un protón mediocre. Soy feliz como protón de hierro.

No me quejo, tengo una vida muy estable y estoy calentito. No es una sopa de plasma... pero no se vive mal. Somos muchos y estamos muy apretados, eso si, pero el alquiler es barato.

Solo deseo que si alguna vez me extraen de este planeta sea para formar parte de una estructura o algo útil, o de una joya preciosa y no de un arma que pueda matar a algún ejemplar de esa materia exótica que ha crecido en mi planeta... llamada vida.


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