“Me voy a Rusia con gran interés. Es una nueva aventura en mi carrera”. Lo aseguró Roberto Carlos, allá por febrero pasado, cuando armó su equipaje y voló directo a ese país. La llegada a Anzhi anotaba otro club europeo en su exitoso currículum. No sólo eso: también le ponía fin a su ciclo en Corinthians, donde había sido amenazado por los hinchas. Y tres meses después de esas palabras, no quedan dudas que el lateral vivió experiencias inéditas en Rusia. En el partido contra Volga, un hincha entró al césped y le pidió un autógrafo. ¿Cuál fue su reacción del brasileño? Primero, puso su firma en el papel. Después, lo abrazó. Y al cabo, lo despidió con aplausos. Un crack.