En ocasiones anteriores he comentado la importancia del ‘autoconocimiento‘ como base fundamental del crecimiento y superación de todas las circunstancias de la vida.
También he comentado el tema de la ’solicitud de consejos’ para ayudar a elegir entre diferentes situaciones que se nos presentan.
Pero hoy avanzo un paso más allá, ya que comento la situación en la que tras una autoconocimiento previo y sopesar diferentes opiniones o consejos, llego a la conclusión de que ’sólo no puedo y que necesito ayuda’.
Como se suele decir ‘este es un paso muy pequeño de dar pero con implicaciones muy grandes y a veces muy difícil de dar’.
Implica conocerse a uno mismo, saber las limitaciones que poseemos y además implica conocer al que le demandado la ayuda.
Pedir ayuda no obstante, cuesta. Y no todas las personas son capaces de pedirla. ¿Por qué?
- No quere demostrar debilidad o inseguridad.
- Creerse autosuficientes en todo momento.
- Considerar la pérdida de imagen (o respeto) por pedir ayuda.
- Sencillamente no se pide ayuda por verguenza.
- …..
Muchas creencias o mapas mentales que nos limitan hacen que seamos reacios a solicitar ayuda, aunque seamos conscientes de que la necesitemos. Y aquí es donde radica el gran problema en muchos casos que nos impide evolucionar, ‘las limitaciones mentales que nosotros mismos nos imponemos’.
No hay nada ‘más humano’ que el pedir ayuda. No podemos ni saber ni hacer de todo. Cada uno de nosotros somos únicos, con nuestras características, virtudes y defectos, pero debemos de ser conscientes de que formamos parte de un equipo, llamémosle sociedad o en el ámbito laboral, llamémosle organización. Como miembros de un equipo, somos una pieza más del engranaje que necesita de la ayuda de las otras piezas para dar lo mejor en cada momento.
Si somos conscientes de esto, ¿por qué mantener estas limitaciones mentales? ¡¡Que levante la mano aquel que no haya pedido ayuda en alguna ocasión!!
Romper con los miedos y las limitaciones es además un síntoma de madurez emocional y, sobre todo, de asertividad en nuestra forma de actuar. Es decir, si quiero crecer, personal o profesionalmente, tengo que evolucionar de ‘motu propio’ y si para ello necesito ayuda, ¿por qué no pedirla?
¿Cuántas veces por miedo, por verguenza o por cualquier otra circunstancias no habéis pedido ayuda para algo? y es más, ¿cuántas veces os habéis dado cuenta que de haber pedido la ayuda antes las cosas hubiesen salido mejor?
Todos necesitamos ayuda (de cualquier tipo) en algún momento de nuestras vidas. Si eres consciente de ello, ¡¡pídela cuando la necesites!!
Un colectivo de personas (sociedad, organización empresarial, …) funciona por una ‘cadena de ayudas’. Si queremos crecer como elementos individuales y como equipo debemos de ayudarnos entre nosotros y si cuando lo necesitas no solicitas esa ayuda, por un lado limitas tu propio desarrollo, pero por otro lado limitas el progreso de tu propio grupo.