Hoy, 28 de Junio de 2015 se cumple el 75 aniversario del fusilamiento de Bluff y Vicente Carceller. En su memoria, Antonio Martín me ha pasado este texto que reproduzco.
75 ANIVERSARIO de la MUERTE del DIBUJANTE e HISTORIETISTA “BLUF”, CARLOS GÓMEZ CARRERA, FUSILADO en el CEMENTERIO de PATERNA por los hombres del general FRANCO…
Antonio Martin
Quisiera estar hoy, a las 12 de la mañana, en el cementerio de Paterna para rendir recuerdo y homenaje al dibujante “BLUF”…. Pero ante la imposibilidad de estar allí quiero, al menos, dejar un breve y casi improvisado testimonio de admiración y traer al presente su recuerdo… Al tiempo que condeno, una vez más, tajantemente, la represión que llevó a cabo el franquismo, especialmente entre 1936 y 1951, en el conjunto de los muchos miles de muertes y condenas a prisión con que arrasó y destruyó la Cultura Española… y nos dejó a todos los nacidos después de la guerra huérfanos de nuestra herencia vital, cultura y política.
He trabajado durante años sobre los autores españoles de la historieta y el humor gráfico españoles de las décadas 1920-1930, por su importancia, novedad y alta calidad y sobre todo porque su obra se apartó en general de la historieta infantil para dirigirse a un público lector adulto. Fue la generación o generaciones de K-Hito, Mihura, Tono, Alfaraz, López Rubio, Bellón, Bluff y bastantes más. Alguno de ellos, casi todos, dibujó también en las revistas infantiles de historietas pero su obra más importante quedó en las revistas de humor para adultos.
“Conocí” a BLUFF cuando preparaba mi libro sobre Historia del Cómic español en la segunda mitad de los años 70. Y ya me quedé con su nombre por sus obras primeras. En aquellos momentos sin duda eran mejores y más importantes K-Hito, por maestro, y Mihura, por su experimentación… pero Bluff tenía “algo” distinto que le convertía en un dibujante y autor importante.
Bluff, cuyo nombre civil era Carlos Gómez Carrera, se había dado a conocer, sobre todo, en la revista de humor gráfico Gutiérrez, dirigida por K-Hito, su grafismo recordaba aún a otros autores de los que había aprendido y a la mayoría de los cuales superó muy pronto hacia un estilo propio. Cuando publicó en la revista infantil Macaco demostró que era dueño de un humor muy distinto que compaginaba con obras más complejas como humorista político, siendo lo más destacable de su manera de hacer la libertad su trazo, el uso de las onomatopeyas y de los signos auxiliares en la historieta y cierta frescura gráfica que es difícil de explicar en pocas líneas. Al iniciarse los años treinta, Bluff comenzó a despegarse de la línea del humor absurdo que todos cultivaban en Gutiérrez (no olvidemos que la revista se editaba durante la Dictadura del general Primo de Rivera) y pronto entró en contacto con las realidad concreta del país.
Durante los años de la II República Española, Bluff publicó mucho en la prensa diaria y en las revistas para adultos con obras de clara intención política de izquierdas. Al iniciarse la Guerra Civil, en 1936 se trasladó a Valencia, donde dibujó para los diarios La Correspondencia de Valencia,Adelante, La Libertad y sobre todo para la revista de humor La Traca, de Carceller.
La revista, primero publicada en valenciano/catalán, después cancelada y desde 1931 vuelta a editar en castellano/español, nació como revista de humor grueso con muchas gotas, litros diría yo, de humor erótico y anticlerical. Pero en 1931 se reconvirtió y, sin dejar durante los años republicanos su humor anticlerical y de sal gorda, se convirtió en una revista política. Por ello fue suspendida en 1934 por el Gobierno del “bienio negro”, Lerroux, Samper, Gil Robles y tantos más. Para resurgir una vez más en 1936 después del triunfo del Frente Popular en las Elecciones Generales de febrero de aquel año, convertida en un arma de la “guerra de papel” de la propaganda.
Fue entonces cuando de nuevo conocí o “descubrí” de nuevo a Bluff. Como colaborador, como hombre esencial, como maestro de La Traca. A la que convirtió, con la ayuda de Carnicero, Enrique Pertegás, Modesto Méndez Álvarez, Palmer, Soriano Izquierdo, Echea, etc., en una revista en la primera línea de la propaganda de guerra, un arma terrible y temible que hizo befa y escarnio de los generales Queipo de Llano, siempre borracho, y Franco, a quien siempre presentó amariconado y con pluma, además de ridiculizar a los moros que trajo Franco, a los oficiales y al ejército dicho “nacional”, y puso en la picota a Hitler y a Mussolini, como sanguinarios dictadores que “avían” a Franco como a una figura de guiñol, y atacó a John Bull y a cuantas figuras, personas y entes trabajaban para hundir a la República.
De esta manera y junto a los espléndidos carteles republicanos, la revista La Traca se convirtió en la punta de lanza de la guerra de papel que se desarrollaba a la par que los hechos bélicos de la Guerra de España. De todos sus autores y dibujantes destacó por su obra gráfica, por su beligerancia contra el franquismo y por su calidad, Carlos Gómez Carreras Bluff.
Al acabar la guerra con la caída de Madrid, debido al golpe de estado del Coronel Casado con la ayuda de grupos socialistas y anarquistas, Bluff se trasladó a su casa en Madrid, donde fue detenido en abril de 1939 y encerrado en la prisión de Yeserías de Madrid. Después siguió el penoso recorrido por diversos centros de detención y cárceles, del que Eduardo Guzmán dejó testimonio en su novela biográfica Nosotros los asesinos, para finalmente acabar en la Cárcel Modelo de Valencia. En su encierro, Bluff comenzó a colaborar con dibujos, caricaturas y chistes en la revistaRedención “Semanario para los reclusos y sus familias”, creada por el Sistema Penitenciario franquista bajo el lema “la Redención de penas por el Trabajo”…. De lo que ocurrió después he escuchado o leído hasta tres versiones diferentes sobre qué chistes de Bluff, publicados en Redención, y da igual qué chiste o que tira fuera por el que le condenaron a muerte. A mi juicio, Bluff estaba potencialmente sentenciado desde mucho antes por sus feroces caricaturas de Franco y del franquismo.
Tal día como hoy, hace 75 años, el 28 de junio de 1940, Carlos Gómez Carreras Bluff fue fusilado en el Cementerio de Paterna, a veinte minutos de Valencia. Y hoy, a las 12 H. de la mañana, se realiza en dicho lugar un acto en recuerdo y homenaje a Bluff. No puedo acudir al mismo, por ello: Vaya desde aquí mi dolorido sentir hacia uno de los mejores autores del humor gráfico español.
Y desde aquí, parafraseando a los franceses, afirmo: “Yo soy Bluff…”