Un maestro, un libro y una lapicera puede cambiar el mundo.”
Malala recibió el premio Nobel de la Paz por su lucha, desde los 11 años, por un mundo mejor – para todos. Defendiendo el derecho a la educación fue tiroteada – por esa razón única y exclusivamente – por talibanes pero sobrevivió incluso el disparo en la cabeza.
La ví en la Gala de Nobel que se celebró en Oslo este invierno y me sobrecogió.
Me llenó el alma de alegría, mi corazón de respeto y mis ojos de lágrimas – una persona tan enormemente grande, valiente y madura en un cuerpo tan menudo y tan joven. Cualquiér cosa que escriba aquí es poca pero necestio mencionar su nombre, y con mucho honor, en mi pequeño espacio virtual. Se merece aparecer en cada hoja que se escriba.
Malala, yo soy Anna… fascinación, admiración.