Aprovecho un ratito libre esta mañana para decir algo que o lo suelto o reviento. Estoy profundamente asqueado por las reacciones de ayer ante el comunicado de ETA. Parece que las víctimas no existen, y son casi mil. Sí, victimas, todas de un mismo bando, el de las personas decentes que lucharon por la libertad. Socialistas, populares, niños, militares, guardias civiles, ertzianas, ciudadanos... El lenguaje etarra-batasuno que apela al conflicto está calando en la sociedad. Conflicto, qué conflicto ? En este caso únicamente hay asesinos de un bando y muertos del otro. Ni petición de perdón, ni entrega de armas ni su puesta a disposición de la justicia para ser juzgados. Dónde está la alegría que puede producir este comunicado ?
Firmarías la impunidad de un asesino de mujeres, ahora que, gracias a Dios, estamos concienciados de la llamada violencia de género, o del asesino de un niño indefenso, o de aquel que asesina a un joven a sangre fría en una zona de copas donde pueden estar tus hijos disfrutando de la vida o del asesino que entra en una casa a robar y mata a las personas que allí se encuentran, una casa que puede ser igual que la tuya, donde esta noche te refugiarás y te sentirás tan seguro a lado de tu familia ? No, seguro que desearías verles entre rejas, incluso pedirías la cadena perpetua.
Son los etarras diferentes, están en otro mundo o son de otra pasta ? Sencillamente no. Por eso no puedo por menos que expresar mi más profunda indignación, mi asco ante lo que se avecina, esas componendas que demostrarán que ETA y su corte de batasunos, cómplices y, por tanto, tan asesinos como ellos, han ganado la batalla.
Yo me autoproclamo indignado del 20-O y estoy en lucha, y lo estaré hasta que el último etarra sea detenido, juzgado y encarcelado, hasta que sus complices no respondan de sus crímenes, hasta que la dignidad de las víctimas no sea reparada y su memoria, que muchos llevamos en el corazón, no ocupe el lugar que se merece.