Revista Cultura y Ocio
Feliz viernes!!
Alguna vez hemos llegado a pensar que las mujeres como yo que nos abandonamos en los brazos de la soltería jamás hemos soñado con príncipes y hadas y finales felices.
Todo lo contrario, hemos soñado demasiado y lo seguimos haciendo pero saltándonos la parte de que si lo deseas demasiado se hará realidad.
Entonces
¿Por qué hablar de princesas hoy?
Porque la próxima semana es San Valentín, iré a ver al señor Grey (aquí las escenas que pagan la entrada) ayer cumplí los veinticuatro y me ha entrado un poco de nostalgia y mi mejor amiga y yo sacamos el tema porque algo que vimos nos pareció precioso.
Recordamos la época en la que nos vestíamos con algún disfraz o las faldas de las mammas y nos soñábamos siendo princesas, no reinas porque las reinan trabajan, las princesas no - según nosotras- Y pasábamos tardes y noches creyéndonos Aurora o Ariel y conociendo al príncipe soñado, viviendo en un castillo y con un matrimonio de lujo vestidas de repollos y demás.
Ahora ya no soñamos igual, queremos alguien a quien querer y que nos quiera mucho, que sea todo lo valiente, fuerte y varonil posible, pero que sea sensible poeta y músico. Cosas que no pueden ir juntas pero es lo que pedimos ni modo.
Mientras buscábamos una de esas pelis de princesas de hace años, años, años y releíamos los cuentos de los libros antiguos. Llegamos a la pagina de Disney donde promocionaban anillos de compromiso inspirados en las princesas
¡OMG!
Nos miramos entusiasmadas y entramos a verlos... (suspiros) son sencillamente perfectos.
Se los muestro
Luego de mirarlos y admirarlos, ella tan romántica y soñadora eligió el anillo inspirado en Pocahontas, yo lo tenía claro desde la primera vista; Rapunzel... por fin veo la luz.
Llegamos a una conclusión; vamos a trabajar mucho, ahorraremos los mil y pico de dólares y no esperaremos que sea un hombre quien se proponga con uno de ellos -aunque no estaría mal-. Nos los daremos la una a la otra con una única razón; fue un sueño que soñamos y vivimos juntas.
Crecimos creyéndonos princesas y lo somos para la otra y por eso y más nos queremos como somos y no nos cambiamos ni un ápice.
Hasta aquí este post de viernes.
¿Cual es su princesa favorita?
Besos
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¡Gracias por leer!