Paro feminista en Cibeles. Foto: Felipe Serrano
SI FUERA MUJER, sería feminista. Lo tengo claro. Y lo mejor de todo es que como hombre también puedo serlo. Es, simplemente, una cuestión de actitud. Querer es poder, ya se sabe.No me cuesta nada admitir algunas evidencias: Que nuestra sociedad sigue siendo machista. Que los estereotipos gozan de buena salud. Que el poder político, judicial, económico y cultural suele estar en manos de los hombres. Que la segregación laboral y la brecha salarial persisten. Que la exigencia de a igual trabajo, igual salario continúa siendo una necesidad. Que las mujeres siguen teniendo muchas dificultades para acceder al mercado laboral. Que dedican más tiempo al cuidado de los hijos y de los mayores. Que los hombres copamos 7 de cada 10 puestos directivos en las grandes y medianas empresas y algo menos en las pequeñas. Que la violencia laboral, con dobles y triples jornadas, es un hecho, entre el empleo remunerado y los cuidados y tareas del hogar. Que la invisibilidad también es una forma de discriminación. Que las declaraciones y manifestaciones misóginas son un retroceso en derechos humanos. Que recuperar la memoria histórica de algunas de ellas en nuestros espacios públicos es de justicia. Que sin ellas el mundo no se mueve. Que cada hora una mujer acude a una comisaría para interponer una denuncia por violencia machista. Que ya ha habido más de 20 feminicidios en toda España en los dos últimos meses. Que el 8 de marzo es buen día para recordar que las están matando…Si fuera mujer, insisto, sería feminista. Como hombre aun debo revisar muchos conceptos y actitudes, pero seguiré esforzándome porque tengo bien claro que esta es una lucha de todos. Y ahora les dejo, que quiero sumarme a la gran manifestación de Madrid, entre Cibeles y la plaza de España. El feminismo es tan necesario como siempre.