Tras estar cerca de dos años militando en Podemos llegó el día en que decidí apartarme definitivamente. Pensando en positivo sobre esa etapa de mi vida y sobre todo lo que me aportó me quedo con unas cuantas vivencias y con algo muy valioso capaz de hacerme olvidar algunos malos momentos, y no es otra cosa que un buen número de amigos.
Demasiadas veces utilizamos la palabra “amigo” demasiado a la ligera, ya que una cosa es el conocido, con el que puedes tener una mayor o menor confianza, y otra bien diferente el amigo, esa persona en la que confías y con la que se comparte unos lazos y un afecto tan grandes, o en algunos casos más, como los que se puede tener con un familiar. Por eso me siento muy afortunado de poder haber incrementado mi número de amigos con algunas grandes personas, como podría ser el caso de mi amigo Rafa, o Don Rafael, una persona honrada, sincera y con carácter, de esas que vale la pena conocer.
Recuerdo bien el día en que conocí a Rafa, desde entonces ya han pasado casi dos años. No llevaba excesivo tiempo en Podemos y en mi círculo íbamos tan perdidos como seguramente en el resto al no tener ningún contacto con nadie dentro de la propia estructura del partido a quien plantearle nuestras dudas y que pudiera asesorarnos, por ello cuando tuvimos conocimiento de que unos compañeros del Vallés Oriental organizaban un acto en Granollers donde poder compartir experiencias y donde pudiéramos ayudarnos mutuamente no lo dudamos y unos cuantos compañeros acudimos a él. De los tres compañeros que desde lo alto de a una tarima se dirigieron a los asistentes uno era Rafael García.
Tras el acto de Granollers continué manteniendo contacto con Rafa a través de una red social desde la cual le hice llegar fotografías del acto y posteriormente recurrimos a él para tirar para adelante el Círculo de Hostalets y se le invitó a asistir a un acto que hicimos en Vic. Tras estos actos ya no perderíamos el contacto, fuera de manera virtual en los cientos de canales del famoso “telegram” y viéndonos en algunos actos, siendo invitado por él a participar con otros compañeros en un grupo que bajo el nombre de “Queremos y Podemos” ya se habían presentado a las elecciones al Consejo Ciudadano Estatal y que aquí en Catalunya tenían intención de presentar candidatura bajo la marca “Volem i Podem”. Un grupo de excelentes personas de las que guardo un buen recuerdo y con algunas de las cuales tengo amistad o una excelente relación.
Desde mis primeros contactos con Rafa hasta el día de hoy le he visto ir creciendo dentro del partido hasta convertirse en uno de esos valores imprescindibles, en un partido que como Podemos presume de activismo y compromiso social, pero desgraciadamente cuando uno tiene el carácter, la honestidad y la sinceridad de la que él hace gala es fácil de que se convierta en alguien molesto para los “escaladores”, envidiosos u holgazanes.
Siendo un activista comprometido con la PAH, siendo el portavoz del Círculo sectorial de Habitatge en Catalunya y Vivienda Digna de todo el estado y participando en los Círculos territoriales Rafa García ha hecho más por este partido, por su imagen y por no pocos compañeros, de lo que han hecho la gran mayoría de miembros del anterior Consejo Ciudadano Autonómico así como del actual.
No han sido pocas las veces que en mis conversaciones con Rafael García uno u otro, fruto de la decepción, nos habíamos planteado abandonar Podemos, unas veces era yo y dándome la razón él se apuntaba a dejar definitivamente el partido, y otras veces era él quien me explicaba algún delusorio episodio que le llevaba a plantearse dejar su militancia y yo el que le decía que si él se iba yo me iría con él, pero en este caso siempre animándole a que se lo replantease dado lo necesitado que estaba y está este partido de personas de su valía y experiencia.
Si hacemos caso a lo evidente, y a lo que ya decía hace más de un año un informe encargado por el propio partido, en Catalunya hemos perdido a más de la mitad de esas personas que con ilusión y ganas de trabajar entraron en los Círculos. La mala gestión de los Círculos por parte de quienes los conformaban, el nulo apoyo y asesoramiento desde los órganos autonómicos y la manifiesta decepción por ver como algunos de los importantes principios de los que nos dotamos (como podrían ser: el asamblearismo, la transparencia y el activismo) y que nos debían hacer diferentes al resto de partidos se iban incumpliendo de manera sistemática, han llevado a un elevado número de compañeros a abandonar la militancia en Podemos.
Yo hace ya unos meses que me considero como alguien externo al partido, seguiré siendo simpatizante y votante de Podemos pero totalmente ajeno a la militancia activa, total tampoco era un activo de excesiva importancia, pero si Rafael García deja el partido, tal como algunos pretenden, esta sí que será una pérdida irremplazable. Pocos son los compañeros, con cargo orgánico o sin él, que se han recorrido toda Catalunya dando impartiendo conferencias y participando en actos como él ha hecho, pocos son los compañeros que han ayudado siendo un militante más a asesorar a los círculos, pocos son los compañeros que no han tenido problemas en decir las cosas claras y a enfrentarse a tanto crápula, y pocos son los verdaderos activistas que entienden de que Podemos no puede suplir la lucha en la calle y continúan partiéndose la cara a diario en plataformas como la PAH.
Perder a personas de la valía de Rafael García es un lujo que este partido no se puede permitir, y por lo tanto os animo a mostrarle vuestro apoyo al compañero en estos momentos que más que nunca se está planteando lanzar la toalla cansado de ver la deriva en la que navegamos y lo poco que se valora a las personas trabajadoras y activistas. Ya hemos perdido demasiados “Rafaeles García” sin que desde nuestros órganos ejecutivos, pretéritos o actuales, se haya hecho nada por evitar su marcha o animarlos a volver.
Tengo claro que Podem Catalunya es un auténtico desastre y nadie quiere ponerle solución. Creo que es evidente de que hay personas que por su forma de ser y perfil son molestas a nuestra propia “casta”, por lo que algunos no tienen problema en buscar con total deslealtad sacarse de encima a estos compañeros y compañeras contrarios o que podrían dificultar sus intereses personales o colectivos, como podrían ser lanzarnos a los brazos de un nuevo partido. Por todo ello sólo me resta decir bien alto al estilo de lo que decían todos los esclavos al final de una excelente película de Stanley Kubrick, para que lo oigan todos aquellos que quieren sacarse de en medio a Rafa, “yo también soy Rafael García”.
MSNoferini