Yo te doy y tú me das

El “feedback” o “retroalimentación” es la clave del dar y recibir. Y la verdad es que se trata de algo a lo que no estamos demasiado habituados. Por tanto, hay que ejercitarlo, y para ello lo mejor es practicarlo con los amigos, que les des feedback sobre algo que hayan hecho, antes incluso de pensar en como reaccionarias tú mismo en lugar de dar fueras el receptor.  Para empezar voy hacerlo con un comentario positivo, por ejemplo:

“ En aquel evento estuviste muy bien porque…” y como punto de mejora añade,: “Si hubieras hecho…tu resultado habría sido mucho más positivo”. Ésta es la estructura correcta de un proceso de feedback:

primero enumerar algunos hechos valiosos, luego alguno negativo y finalmente darle la vuelta a la frase a fin de ayudar a las persona que escucha a mejorar. De eso trata el feedback: de ayudar a los demás a mejorar con nuestros comentarios. Hacerlo bien es como un regalo que sólo cabe agradecer. Un regalo de alguien que se preocupa por ti hasta tal punto que ha decidido entregarte algunas pautas para que todavía puedas ser mejor profesional. Tomártelo, pues, como un regalo único, personalizado y valioso.

Las personas que no dan feedback acaban transmitiendo la sensación que no les interesa los demás.

Por tanto, es muy importante el valor de estar siempre dispuesto a dar – recibir “feedback”  En el proceso de selección vas a recibir “feedback” y muchas veces “feedback negativo”, como la información de que no has superado el proceso de selección o que no has pasado a las siguiente fase. Reflexiona, pues, sobre cómo recibirlo y cómo extraer la información que te interesa para seguir mejorando. Porque al final, además de encontrar trabajo, tu objetivo ha de ser el de mejorar y aprender de todo el proceso.