Copyright Rubeth Reyes.
Cada día me sorprende ver que SAMARIEL crece a un paso acelerado. Debo confesar que quisiera tenerlos pequeños, inocentes y cariñosos por un tiempo indefinido. Continuar viendo en sus ojos una mirada de admiración hacia mi. Deseo seguir siendo el centro de su atención. Lo reconozco: es mi miedo a perder a mis niños de vista y que se alejen de mi nido.
El sábado por la noche, en casa, nosotros decidimos ver una película. SAMARIEL se sentó en el sofa y él me pidió que Yo me sentara a su lado. Él suavemente colocó su cabeza sobre mi hombro. Extiró su mano hasta alcanzar la mía; y tiernamente solicitó unos masajes en su cabeza.