Revista Educación

Yo ya tenía mi grupo burbuja

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Yo ya tenía mi grupo burbuja

Grupos burbuja se ha convertido en un concepto de uso generalizado. Niños que están en clase con otros niños para, si hay un caso de covid19, facilitar los rastreos y el aislamiento. Núcleos familiares como trinchera de defensa ante el contagio. Turnos fijos en los trabajos para compartir la incertidumbre. Grupos burbuja de amigos cuyo número de participantes dependerá de la fortaleza de la amistad en tiempos de pandemia, de las circunstancias de cada cual y del número que se permita como máximo para reunirse o sentarse en la mesa de una terraza. Esas pompas de jabón rellenas de humanos son el oxígeno necesario para no perder la poca cordura que este 2020 nos está dejando. Y yo me doy cuenta que mi burbuja actual coincide con la que he tenido siempre y que, por ello, soy una persona afortunada. Porque tengo un grupo burbuja de amigas que siempre ha estado allí. Ellas fueron esa pompa de jabón gigante donde nos metíamos para soportar las decepciones infantiles. Ellas me han sostenido en lo malo y han festejado conmigo en lo bueno. Dentro de esa burbuja hemos batallado mientras las hormonas nos revolucionaban el cuerpo adolescente y ellas vuelven a soportar ahora los embates de los cambios que la premenopausia me ha regalado. Han estado ahí durante todo el camino, incluso cuando me advertían que me estaba desviando, su burbuja me protegió de los embates del fracaso y me llevó de nuevo al sendero adecuado. Esa burbuja ha saltado de alegría con mis logros y ha soportado horas de conversaciones de temas que no les interesan, pero que comparten, con paciencia, porque conocen mis pasiones. En esa pompa gigantesca de jabón ellas me hacen fuerte, son el mejor analgésico y un antidepresivo sin efectos secundarios. Yo siempre quise a mi burbuja, pero este 2020 me ha hecho comprobar que, décadas después, sus bordes siguen siendo fuertes como si, en vez de jabón, esa pompa estuviera hecha de acero y que, en el abrigo de sus paredes, los problemas parecen menos importantes y las alegrías se hacen más grandes.

Yo ya tenía mi grupo burbuja
©Macrovector/Freepik.


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