Revista Diario

Yo, yo y solo yo

Por Belen
Esta viene siendo la frase preferida de mi hijo estos días. O sino esta otra "yo solito". Me siento muy orgullosa de él, todo hay que decirlo. Ver como mi pequeño se aventura en esa parcelita de independencia es todo un logro. Se viste solo, se lava manitas, carita y dientes solo, hace pis solo, se va solito a la cama, come solo, y así unas cuantas cosas.
Hasta ahí todo es muy bonito, muy de padres orgullosos. El problema viene cuando por ejemplo por la mañana se te echa la hora encima, no llegamos al cole, y el nene se tiene que poner solo el jersey sí o sí. O bien entras en el baño cuando él se lava los dientes y te echa al grito de - "Yo solito, tu vete".
Mi peque es muy de extremos, la virtud del punto medio la desconoce, y esto nos está trayendo auténticos quebraderos de cabeza. Por ende, es muy obsesivo. Todos los niños pecan de maníaticos, seguro que muchos podéis corroborar lo que digo. Pero mi hijo es pelín obsesivo, se encabezona con hacer las cosas de determinada manera y no le sacas de ahí. Bien es cierto que el orden, el hacer las cosas siempre igual, el saber lo que viene después da mucha seguridad a niños de estas edades. De hecho en el colegio se utiliza esta técnica para hacerles sentir seguros. Se utilizan pictogramas puestos todos en orden para que los niños sepan que toca después. Y me consta que en el (duro) inicio de curso esto ayudó a muchos de ellos, entre ellos mi hijo. Ya el curso pasado yo utilicé en casa pictogramas para ayudarle a entender cosas como que mamá se iba sin él, pero luego regresaba, o explicarle el orden de las tareas de cada día, y funcionó bastante bien. Os lo recomiendo a aquellas con niños entre 2 y 3 años, les ayuda a entender muchas cosas y a ponerse menos nerviosos. Los nervios y berrinches a veces vienen como consecuencia de la inseguridad y el miedo que les genera el no saber qué sucederá después. Su cerebro, en un momento muy importante de desarrollo, aún no comprende algunas cosas.
El caso es que no puedo dar un paso sin escuchar -"Yo solo", y creedme es como estar presa en tu propia casa.
Como siempre, cualquier avance que hace el niño, supone un duro trabajo por parte nuestra. La meta es enseñarle que es importante dejarse ayudar cuando se necesita, que no pasa nada por pedir ayuda, que es bueno dejarse enseñar para hacerlo mejor, que si se falla se intenta otra vez.
Los cambios siempre son difíciles para ellos, ir dando pasitos hacia adelante supone un gran esfuerzo. Solo espero que este tránsito dure poco y se vaya relajando. Lo cierto es que está en un época de nervios importante. Él ya anticipa lo que va a suceder y ello le genera un poquito de ansiedad, por si las cosas no suceden como él entiende que deben ser.
Nuestro trabajo esta vez consiste en rebajar ansiedad, y como siempre con él, no sin poco esfuerzo.

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