El amor en tiempo de guerra es el tema predilecto de Eytan Fox. Aunque, pensándolo bien, ¿alguna vez Israel ha dejado de estar en guerra? Hace 10 años un sencillo filme, Yossi & Jagger, arrasaba en su país y daba a conocer al público a un cineasta interesante y comprometido. Tras ella vendrían dos películas mucho mejores, Caminar sobre las aguas (2004) y La burbuja (Solos contra el mundo) (2006).Con su séptimo trabajo cinematográfico, el director vuelve la mirada atrás a petición de sus estudiantes que le preguntaban siempre qué había sido del protagonista de esa película. Para los que desconozcan esa primera parte, el film narraba la relación entre dos soldados israelíes, basada en la historia real de uno de sus amigos, que había perdido su pareja en el frente.Han transcurrido 10 años y Yossi no se ha recuperado de la muerte de Jagger. Arrastrando una treintena aburrida, viviendo de relaciones efímeras y bordeando una tristeza que roza la depresión, el protagonista ejerce de cardiólogo en un hospital. Paradojas de la vida: ¿alguien que tiene el corazón partido puede sanar el corazón de los otros?, Eytan Fox adora sembrar este tipo de pepitas en sus guiones y, quizás, sean estos detalles la base de su éxito.Entre sus pacientes aparece una cara conocida, una señora que le recuerda demasiado a Jagger y buscando en su expediente médico descubre que se trata de su madre. Sin saber en realidad lo que desea, se lanza en un viaje a Eilat, ciudad de veraneo y residencia de la familia de Jagger. Pero como en todo buen road-movie, aunque éste sea más bien sentimental, en el camino aparece el primer ¿obstáculo o chaleco salvavidas?, encarnado en un joven militar que hace auto-stop.Ohad Knoller vuelve a interpretar su personaje con convicción pero la sorpresa de la película es el actor del joven, Oz Zehavi. Mucha atención con él porque posee un magnetismo impresionante, una elegante presencia y es un especialista en robar planos. En Infiltration ya se veía que prometía pero en Yossi es, sin duda alguna, lo mejor de la película. No sé por qué me da que vamos a volver a verlo muy pronto. Y como con toda historia que nos gusta, simple y llanamente, siempre es un placer conocer su final.