Cuando vi el kimono colgado en la percha de la tienda, sentí que tenía que venirse conmigo por muycomplicado que fuera de llevar. Su bordado, sus flecos hasta por debajo de la rodilla... todo lo hacía perfecto. Por eso, como es suficientemente protagonista por sí mismo, decidí llevarlo con un outfit muy sencillo formado por shorts vaqueros y camiseta gris, además de converse y el toque rojo de mi nuevo bolso.
Os dejo con las fotos, muchos besos♥♥♥