Revista Coaching
Novia Salcedo Fundación acudió a la ponencia organizada por la Unión Europea en Bruselas y que, giró en torno a la Youth Guarantee (Garantía Juvenil). Una medida que se impulsa desde Europa y que, se extenderá a todos los estados miembro. La implementación de este sistema no será la misma en todos los países ya que la situación de cada uno de ellos es distinta. En Austria y Finlandia la medida ya está en funcionamiento con buenos resultados pero, en otros lugares como España y Grecia –con una tasa de paro que supera el 50%- el proyecto ha entrado en su recta final procedente de las ‘covachuelas’ ministeriales. Lo cierto es que el desempleo juvenil está siendo uno de los temas en el que los políticos postulados a las próximas elecciones europeas más están incurriendo. No es para menos, 5.5 millones de jóvenes menores de 25 años están desempleados, un 23%. Incluso Barroso –que tuvo una fugaz presencia en la charla- insistió que el problema es “prioritario”. “No vamos a permitir que una generación se quede sin futuro” añadió la representante del consejo griego de la UE.
La Garantía Juvenil inició su andadura en abril de 2013 y se financia a través de fondos europeos. Su objetivo es reducir la tasa de desempleo entre los más jóvenes, así como ofrecer un trabajo digno protegiendo legalmente en el mundo laboral al joven trabajador. “No es la panacea” advirtió Guy Ryder presidente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Y es que esta iniciativa no deja de ser un parche para una herida que necesita ser suturada urgentemente. “Los países que tienen más altas las tasas de paro juvenil es porque sus países no han hecho las reformas estructurales debidas y, ahora, se ven con la urgencia de acometerlas” añadió Valeria Ronzitti del Centro Europeo de Trabajo y Empresas Públicas (CEEP). Quizá uno de los actores más críticos con esta iniciativa fue Peter Matjasic (European Youth Forum) que, a pesar de avalar la idea, apuntó en tono jocoso que el discurso de Barroso podría haberlo hecho él hace cuatro años. También quiso señalar que el plan deja fuera a muchos jóvenes de más de 25 años y que los fondos no son suficientes para combatir esta afección que asola no sólo a Europa si no a todos los continentes.
A pesar de todo la iniciativa cuenta con el respaldo de la mayoría de estados miembro y es, sin duda, un primer acercamiento a esta problemática que afecta a 15 millones de jóvenes en Europa. “Este proyecto es demasiado importante como para fracasar, pero ahora empieza la fase de la realidad. Tenemos una responsabilidad compartida y no hay excusas. Tenemos que escuchar a los jóvenes, escuchar lo que nos dicen. La calidad es esencial. No se les puede dejar a los más jóvenes abandonados al empleo de baja calidad y de bajo coste” concluyó Guy Ryder.
En definitiva, Europa se encuentra en un momento crucial en el ámbito juvenil. La desafección de este sector con los políticos aumenta cada día más y, si los dejamos en un rincón postergados al ostracismo, la construcción –que no integración- de una Europa sólida y capaz de hacer frente a un mundo globalizado, será muy difícil si no contamos con las nuevas generaciones.
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