Estimado lector,
Los residentes de Hiroshima, Japón, apenas comenzaban su rutina matutina cuando la primera bomba atómica del mundo arrasó la ciudad en expansión. La explosión inmediata mató a 70.000 personas al instante. Para diciembre, las bajas se habían duplicado debido a la radiación.
En las décadas transcurridas desde que Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas, se han desarrollado suficientes armas nucleares para aniquilar el planeta muchas veces. Si las 15.000 cabezas nucleares del mundo detonaran simultáneamente, cientos de millones morirían en la primera hora. Esto sería seguido por un invierno nuclear, envolviendo la tierra en la oscuridad durante quizás cientos de años, poniendo en peligro toda la existencia humana.
La capacidad nuclear del mundo podría tener una gran relevancia para la forma en que nuestra era actual llegará a su fin. Considere, por ejemplo, este pasaje en Zacarías 14, prestando especial atención a los efectos de la plaga:
"Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y esta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos."En el capítulo 14, la frase “en aquel día” se usa siete veces, un número que, a lo largo de las Escrituras, representa el número de cumplimiento de Dios. Cada uno se refiere al “día del Señor” mencionado antes en el versículo 1. En su totalidad, este pasaje detalla la venida de Jesús para rescatar a los santos que han soportado la Gran Tribulación, para juzgar a sus enemigos y para establecer su reino milenario en la tierra (Zacarías 14:7-11).
– Zacarías 14:10-15
Vista aérea del Valle de Meguido.
Estos soldados cometen atrocidades: violan a las mujeres y esclavizan a otros (Zacarías 14:2). Pero justo en el momento en que se pierde toda esperanza, Jesús es “revelado desde el cielo con los ángeles de su poder, en una llama de fuego, para dar cumplimiento a los que no conocen a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:7-8, Zacarías 14:4).
El Libro de Apocalipsis describe a estos enemigos pereciendo “por la espada que salió de la boca de Aquel que estaba sentado sobre el caballo blanco” (Apocalipsis 19:21). Esto parece una imagen extraña, pero la espada en la boca de Jesús en la Segunda Venida representa el juicio por la Palabra de Dios que testifica contra ellos. Sin embargo, Zacarías nos ofrece una imagen diferente. Es aún más gráfico:
"Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca."Si bien es posible que Zacarías esté describiendo alguna forma de juicio nuclear, después de todo, “Judá también peleará en Jerusalén” cuando el Señor regrese (Zacarías 14:14), el regreso de Jesucristo también podría ocasionar esta "plaga" sin ningún armamento humano, es decir, el simple poder de su boca. Pero analicemos la teoría del armamaneto nuclear.
– Zacarías 14:12
La imagen de la disolución de la carne, los ojos y la lengua parece predecir los efectos de la radiación de la bomba de neutrones. Las bombas de neutrones son ojivas nucleares diseñadas "para maximizar la radiación letal de neutrones en las inmediaciones de la explosión y minimizar el poder físico de la explosión en sí".
En otras palabras, las bombas de neutrones están diseñadas para destruir la vida, no los edificios. Esto es exactamente lo que vemos en Zacarías 14. Después de que el pueblo de Dios huye de la ciudad (Zacarías 14:4-5), una plaga destruye toda vida humana con la máxima potencia de fuego (Zacarías 14:12).
Y no es solo la vida humana la que se destruye. Humanos y animales (caballos, mulos, camellos) son destruidos por la explosión, pero de alguna manera la ciudad física de Jerusalén prospera inmediatamente después, como nunca antes (Zacarías 14:16-21).
Es interesante que nadie quiere destruir la ciudad física de Jerusalén porque el Monte del Templo es sagrado tanto para musulmanes como para judíos. Una bomba de neutrones que destruya todos los seres vivos, dejando la ciudad intacta, se alinearía perfectamente con la profecía de Zacarías.
El amanecer de la era atómica bien podría significar el final de nuestra era actual. Pero esa no es razón para temer. Porque el fin de esta era significa el amanecer de una nueva, una era dorada para el pueblo de Dios durante el Reinado Milenario de Jesucristo:
"Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre."Es fascinante ver cómo los eventos predichos hace miles de años se están convirtiendo en distintas posibilidades en nuestra generación. Gracias por leer el newsletter de esta semana. No olvide compartir el material con sus familiares y cercanos.
– Zacarías 14:12
Jhonkbn