Revista Arquitectura
La torre diseñada por Zaha Hadid para Marsella se formula como un elemento destinado a jerarquizar la imagen de empresa. El edificio de 33 pisos es el más alto de Marsella, rasgo que en aplicación a las características de la ciudad debe considerarse un desmerito. El diseño resuelve con mesura el programa funcional sin proponer una mejora sustancial sobre el heterogéneo espacio urbano adyacente.
CMA CGM Group es una empresa de transporte de contenedores. El edificio de la sede de la compañía forma parte del plan urbano para la renovación del sitio. Fue diseñada con la intención de generar una imagen icónica desde el mar. De manera contradictoria a la idea de revitalización urbana, el edificio establece un corte visual a la relación de la ciudad con el mar.
Se instituye como un prisma de formas elegantes tratado con austeras líneas ondulantes características de los diseños de Zaha Hadid, sin las exageraciones formales de sus últimas obras. Adopta una planta en forma de rombo aplanado con los vértices externos recortados. Una fachada modulada contiene una piel de vidrio polarizado que se abre en su centro. Este vidrio oscurecido genera un efecto ilusorio de ensanchamiento del volumen, circunstancia que en realidad sólo sucede en la base.
A nivel de calle la propuesta carece de sutileza. Una excesiva altura y la falta de articulación entre la torre y la vereda, generan un fuerte contraste en un espacio urbano demasiado heterogéneo. La idea de renovación del perfil urbano pensada desde el mar es acertada. Hacia dentro, la escala del edificio termina promoviendo lo contrario. Dos maneras de evolución que podrían ser compatibles en un mismo diseño, pero en este caso no lo son.