Por la carretera Ex-413, a tan solo 13 kilómetros de la localidad de Castuera, el viajero llega hasta Zalamea de la Serena (5.000 habitantes) en terrenos regados por el río Ortiga. El municipio extremeño conserva en su vecindad restos históricos de gran valor arqueológico, tales como diversos dólmenes, entre ellos el torrero de la Vieja, o el célebre santuario prerromano de Cancho Ruano.
Durante la ocupación romana se llamó Julipa o Ilipa Menor, municipio que obtuvo el privilegio de acuñar su propia moneda. Tras la conquista árabe recibió su nombre actual. Tomada por don Pedro Yáñez, maestro de la Orden de Alcántara, quedó en manos de la misma y se convirtió en arciprestazgo.
Maqueta del yacimiento de Cancho Roano./Ecemaml
En el siglo XV se fundó en Zalamea de la Serena la Academia Literaria, donde el humanista Antonio de Nebrija escribió su Gramática de la lengua castellana en 1492, el primer intento de reducir a reglas una lengua romance.
Zalamea de la Serena también es conocida por la representación de una de las obras más conocidas de Calderón de la Barca, El alcalde de Zalamea, que se celebra en la plaza del pueblo desde 1994. Es un espectáculo contemplar las evoluciones de los más de 400 vecinos vestidos con trajes de época que participan en la representación como actores aficionados. Aparte de la obra, es todo el Siglo de Oro el que se recrea en la Fiesta del Alcalde: séquitos cortesanos, desfiles de soldados, músicas y chirimías variadas. La fiesta cuenta también con un extenso mercadillo instalado en el castillo y su entorno.
Monumento dedicado a Calderón de la Barca./Luis García
En este término pacense, en una vaguada del arroyo Cagancha, el viajero puede visitar las ruinas de un edificio de inspiración fenicia, cuadrado, de 25 metros de lado, en el que se han encontrado diversos objetos de lujo: calderos etruscos, escarabajos egipcios o pendientes de oro. Tras un siglo de actividad, el edificio fue incendiado y demolido a finales del siglo V antes de Cristo. Después lo colmataron de tierra, lo sepultaron, y se convirtió en un quemadero e cadáveres, última evolución de su espacio sagrado.
Cancho Roano pudo ser un santuario relacionado con alguna divinidad ascética. Pudo ser a un tiempo palacio, santuario y mercado. En sus laterales se han encontrado doce pequeñas estancias en las que se depositaban ofrendas. Está declarado Monumento Histórico.
Dystilo romano ubicado en Zalamea de la Serena./Ecemaml
El viajero no puede abandonar Zalamea sin preguntarse qué es el Dystilo, un infrecuente monumento sepulcral romano formado por dos columnas de 25 metros de altura, hoy adosadas a la iglesia, que se erigió en el año 103, durante el gobierno del emperador hispano Trajano.
El castillo (siglo XV), edificado sobre una vieja fortaleza árabe, presenta planta cuadrangular, con la torre del homenaje del tiempo de Carlos I. En esta fortaleza estuvo el palacio del último maestre de la Orden de Alcántara, don Juan de Zúñiga, así como la célebre Academia Literaria.
Inscripción romana hallada en la localidad pacen./Caligatus
La iglesia del Nuestra Señora de los Milagros, del siglo XIII, tiene en su interior tres capillas de estilo gótico. Por su parte, el convento de las Concepcionistas muestra, en la capilla del Cristo de la Quinta Angustia, una cúpula, artesonado, bellos mosaicos y una imagen de Cristo del siglo XVII.
Bellas imágenes y una cuidada ambientación componen este hermoso vídeo que realiza un sucinto recorrido por la historia y la belleza que aguardan al viajero si visita Zalamea de la Serena:
Dónde dormir: Hotel Trajano; Carretera Cruce, 0; Zalamea de la Serena (Badajoz); Teléfono: 924 780 282; www.hoteltrajano.es
Dónde comer: Restaurante Calderón de la Barca; Plaza de Calderón de la Barca, 39; 06430 Zalamea de la Serena (Badajoz) Teléfono: 924 78 01 96