Revista Viajes

Zaña: los misterios de un "pueblo maldito"

Por Pablosolorzano

Cuando llegamos a Zaña nos dio la apariencia de que el pueblo estaba estancado en la sugestiva placidez que brinda siempre lo decadente. El polvo del desierto que lo circunda parecía haberse metido en todos los repliegues del poblado y haberle contagiado su infertilidad. Contadas personas caminaban parsimoniosamente por las calles como si cargaran sobre sus hombros una invisible carga producida por el calor del mediodía.  
Todo parecía vacío de un hálito de vida hasta que llegamos al fastuoso CONVENTO DE SAN AGUSTIN y escuchamos a doña María Antonieta (Antonia para los amigos) entonarnos unas décimas (una expresión poética que es tradicional entre los nativos de Zaña desde hace mucho) y explicarnos, con su voz cantarina y sus maneras de dama de abolengo, la historia de este poblado mientras nos vendía las entradas y entonces nos dimos cuenta que Zaña estaba más viva que nunca y que la tradición que sus gentes ha creado sigue perviviendo en gente como Antonia. 


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque



Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Antes de visitar este lugar yo creía que lo que iba a encontrar serían unas cuantas ruinas y un pueblo desolado que aguantaba como podía el paso del tiempo pero lo que encontré es que allí pasan cosas interesantes ya que hay una comunidad que se esfuerza para que las tradiciones de este lugar se mantengan, resistan la indiferencia y la modernidad y perduren aún a la sombra de sus fascinantes ruinas. Baste para ello con saber que el Taller de Danzas Afro Peruanas Santo Toribio de Mogrovejo anima, con éxito, a los jóvenes del pueblo a aprender las danzas que sus ancestros africanos trajeron aquí cuando vinieron esclavizados a trabajar los campos; o ver lo mucho que se han preocupado en adecentar y facilitar la visita hasta para los usuarios de sillas de ruedas (algo nada común en el Perú) a las impresionantes ruinas del Convento de San Agustín, aunque cierto es que se podría mejorar; o sentir en el paladar el sabor de la tradición que por ahora está a buen recaudo en las manos de doña Aurora Andonayre quien vende dulces típicos de Zaña y exquisiteces en su casa (frente a las ruinas del convento; hay un letrero, tocar timbre) con recetas que aprendió de los padres y los abuelos y que según cuenta, con suma amabilidad y bonhomía, ya ha sido entrevistada por varios canales de televisión y que tiene como esperanza que los jóvenes se interesen más y más en continuar con el arte de hacer dulces caseros y adictivos.
Pero veamos un poquito de la historia para entender mejor las cosas. La Villa de Santiago de Miraflores de Zaña fue fundada en 1563 mientras los españoles buscaban sitios apropiados donde aposentarse. Aunque antes de ellos esta zona era conocida como Sañap por los nativos que solían vivir en las faldas del cerro Corbacho. Los motivos por los que los hispanos escogieron este sitio para fundar una ciudad fue por su excelente ubicación a medio camino entre el mar y las sierras, por el buen sistema de riego que allí habían hecho los indígenas y por tener muy cerca un río a cuya vera levantaron inmensas iglesias y casonas… esto último iba a tener consecuencias trágicas. El estar al centro de una red de vías comerciales hizo que la villa llegara a ser una ciudad opulenta, tanto que se dice que casi se convierte en la capital del país. Pero fue esa misma riqueza el motivo de su tragedia como contaremos más adelante.
Se comenta que las mejores muestras de aquitectura española de los siglos XVI y XVII del norte del Perú están en este pueblo aunque lo que haya por ver sean más que nada ruinas. Los lugares que se tienen que visitar aquí son sobre todo las vestigios que quedan de algunas de las iglesias que tuvo en la época colonial y que dan muestra de la magnificencia de la que alguna vez gozó. Hay que ir como ya dijimos al Convento de San Agustín (entrada 3 soles) que fue sin lugar a dudas la joya arquitectónica de este lugar. Fue construida en 1584 y abandonada en 1830. La entrada clásica aun deja ver lo imponente que debió ser el edificio y lo ricamente ornamentado que estuvo. Por momentos esta entrada, y varias de las otras que veríamos más adelante, me hizo recordar a las que habíamos visto el día anterior en Túcume Viejo. Dentro, los altos techos de sus naves, las paredes encaladas, alguna que otra moldura o adorno que ha sobrevivido a las catástrofes, el gran patio rodeado de arcos y otros detalles sirven de acicate para la imaginación del viajero que no puede dejar de sentir el estímulo y completar con sus sueños y fantasías aquello que el tiempo y la mano del hombre se ha llevado.

Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


¿Por qué “pueblo maldito”? tres son las peores tragedias que ha tenido que sufrir Zaña y curiosamente todas sucedieron en el mes de marzo. En 1606 a Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y posteriormente santo, le encontró la muerte en este pueblo mientras iba en su tarea de evangelización de los indios y daba un ejemplo a todos los burócratas eclesiásticos que abundaban y vivían a buen recaudo en los cómodos conventos limeños. En 1686 la fortuna de la aldea, que para entonces era llamada la “Sevilla del Perú” o “Potosí pequeño” (según el historiador Hampe Martinez), atrajo hasta las puertas del pueblo al corsario Edward Davis quien entró en ella tras vencer una débil resistencia y junto a sus hombres saquearon iglesias y casas y violaron mujeres y se llevaron una gran cantidad de riquezas. La pesadilla no acabó allí ya que casi 40 años después, exactamente en 1720, a inicios del mes de marzo empezó a llover torrencialmente y el río elevó rápidamente su nivel hasta desbordarse hacia la ciudad. Bastaron pocas horas para que el poder destructor del agua se traiga abajo cuanta vivienda encontraba a su paso dejando solo en pie las fachadas de algunas iglesias: las que hoy podemos visitar. Los habitantes del pueblo corrieron despavoridos para salvar sus vidas hacia las faldas del cerro La Horca, donde antaño las habían perdido los negros esclavos que allí fueron ajusticiados. Los fuegos fatuos se habían extinguido para siempre. Con el pasar de los días casi toda la población emprendió un inmenso éxodo que acabaría en la ciudad de Lambayeque, que habíamos conocido el día anterior. Dicen que estas tragedias no fueron sino un “castigo divino” por tener los habitantes del pueblo un estilo de vida concupiscente y licencioso. Es decir una especie de Sodoma y Gomorra en peruanísima versión.
Luego de dejado las ruinas de iglesia de San Agustín, tomamos la calle Santo Toribio y nos dirigimos casi hacia las afueras de Zaña. Allí, alta y fantasmal, se yergue, entre los campos de maíz y el desierto, la fachada de lo que fuera la Iglesia de la Merced de 1636. Es notable la altura que tienen las dos torrecillas a modo de campanario que a su vez encierran una portada clásica de pilastras dóricas.

Ruinas de la iglesia de la Merced - Zaña - Lambayeque

Desandamos el camino para regresar al convento de San Agustín y llegamos hasta la esquina de las calles Santo Toribio e Independencia y luego torcímos a la derecha. La calle nos lleva de nuevo hasta las afueras del pueblo (a muy poca distancia) donde encontramos, a mano derecha, una especie de puerta muy artesanal hecha de madera que saltamos para meternos por entre campos de cultivo y llegar hasta lo que queda de la Iglesia Matriz que fue de tipo basílica y que debió tener una nave central muy alta. Su entrada hoy está sostenida por palos y maderas para evitar su caída. Todavía se pueden ver los fragmentos de pinturas murales en algunas paredes. Se dice que Santo Toribio fue enterrado aquí y sus retos exhumados para ser llevados a la catedral de Lima; de hecho ahora hay dentro de las ruinas un memorial no muy antiguo que recuerda al santo peruano – español.

Ruinas de la Iglesia Matriz - Zaña - Lambayeque


Ruinas de la Iglesia Matriz - Zaña - Lambayeque


Ruinas de la Iglesia Matriz - Zaña - Lambayeque

Por último volvimos hacia la puerta que poco antes habíamos saltado y cruzamos al otro lado del camino por donde hay un estrecho y corto sendero que lleva hasta las ruinas de lo que fue la Iglesia de San Francisco que tuvo también una sola nave y que alguna vez estuvo adornada con motivos mudéjares. En su portada quedan algunos escritos en latín y en lo que fuera la nave aparte de la mala hierba y arbustos invasivos hay un alto arco que nos da una idea de las dimensiones que debió tener la iglesia. Hoy allí se posan negros gallinazos a apuntar su mirada sobre las presas que se mueven en los campos.

Ruinas de la Iglesia de san Francisco - Zaña - Lambayeque


Ruinas de la Iglesia de san Francisco - Zaña - Lambayeque


Ruinas de la Iglesia de san Francisco - Zaña - Lambayeque

Volvimos a Chiclayo a pasar nuestra última noche pues era hora de dejar la calurosa y seca costa para internarnos en la húmeda y fértil selva alta peruana… Allí nos vemos.
Pablo
DATOS UTILES
  • Para llegar a Zaña desde Chiclayo hay que ir al paradero EPSEL a donde llegamos tomando un taxi desde el centro (2.50 soles). En este paradero es bueno estar atento a tus pertenencias. Hay que tomar las combis que van hacia CAYALTI y pasan por Zaña (3.50 soles).

  • Hay una empresa llamada EXPRESO DORADO que sale diariamente a Lima. Los tickets se compran en la Calle Real 575 en Zaña, teléfono 431168. Y en Lima están en la Calle Montevideo 618.

  • En el pueblo vimos un par de hospedajes: el Don Juanito en la cuadra 2 de la calle Santo Toribio, que tenía buena pinta y uno un poco más sencillo llamado MAJUCARI en el parque principal del pueblo. Teléfono  074 – 979547370.

  • Para volver a Chiclayo en la calle Real de Zaña se puede tomar uno de los taxis – colectivos (4,50 soles el pasaje) que si bien se demoran igual que una combi (45 minutos) salen más rápido pues no se demoran tanto en llenar. Hay que pedir bajar en el centro de Chiclayo.

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Por  Tania Esperanza Palacios Pasapera
publicado el 08 abril a las 08:52

por mas q steamos fuera zaña es nuestra qerida tierra q nos vio nacer y crecer es mi pueblo qerido Q VIVA ZAÑA ALUNDERO LE DA ALUNDERO LEDAAAAAAAA ALUNDERO LE DA ZAÑA ALUNDEROLEDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

Por  Rocio Correa
publicado el 08 abril a las 06:07

la historia de mi kerido pueblo donde naci......ZANA.....

Por  Pedro Rodriguez
publicado el 29 marzo a las 01:25

Quien no conozca las historias de zaña entonces que no se considere zañero, sus historias, su gente, sus santos (santo toribio de mogrovejo, san isidro el labrados, la virgen de la candelaria y otros que nos acompañan) QUE VIVA ZAÑA PUEBLO DE HISTORIA Y TRADICIÒN TE AMO ZAÑA

Por  Raquel Cruzado Tirado
publicado el 27 marzo a las 19:21

que lindo!! vale la pena difundir nuestra historia...

Por  Ines Liliana Briones Paz
publicado el 26 marzo a las 13:49

esa es la historia de mi pueblo querido zaña