Por sus características la zanahoria ofrece una protección básica a la epidermis cuando la piel se expone a los rayos solares. También mediante algunos alimentos la piel puede permanecer suave, tersa y bronceada durante el verano.
Los carotenos —pigmentos orgánicos— favorecen la salud de la piel, y la zanahoria cuenta con grandes cantidades de estos.
Los carotenos tienen virtudes dietéticas y a la vez protegen la epidermis de la influencia negativa del sol. Por eso los bronceadores elaborados con extracto de esta verdura ayudan a que la piel se mantenga hidratada.
Su consumo moderado es importante porque, por ser antioxidante, previene los efectos negativos de la edad y dolencias como el cáncer.
La zanahoria es, después del perejil, el alimento con mayor proporción de betacarotenos. Pertenece al grupo de caretanoides, formado por más de 600 compuestos naturales. Desempeña un papel muy destacado porque actúa como un precursor de la vitamina A. Puede transformarse en esta vitamina cuando lo necesite el organismo.
La cantidad recomendada de zanahoria para atraer el sol de forma saludable son 100 gramos al día
Ellos pueden ser utilizados externamente para curar problemas de la piel, como eczemas, heridas o quemaduras solares. Son muy útiles para paliar la acción destructiva de los rayos ultravioletas, motivo por el que toman parte en la composición de muchos filtros solares.
También funciona como un eficaz antioxidante y así previene los efectos negativos de la edad y dolencias como el cáncer. Los betacarotenos además neutralizan los radicales libres. Estos son unas moléculas reactivas con una alta carga energética. Dañan las membranas de las células y el material genético que contienen. En verano actúan contra estos radicales que se generan por una excesiva exposición al sol.