Revista Atletismo
Con ésta, la última zancada de la temporada.El domingo "La quebrada del Cuervo", que marcará los pedaleos de este verano.- Ayer todo el día lloviendo, como dirían los galos, parecía que el cielo se iba a desplomar sobre nuestras cabezas. Si escuchamos las noticias, lo que parece que se vaya a desplomar sobre nosotros es esta economía y este sistema que nos lleva de cráneo. Rescates, intervenciones, elecciones en Grecia y esto no mejora. - También ayer el último día de colegio. Para los niños se abre un amplio periodo de asueto estival. ¡Ay aquellos veranos interminables! Esas, como las oscuras golondrinas, no volverán, al menos hasta la jubiliación, que tal y como están las cosas, ya veremos si podremos hacerlo o acabaremos encadenados "al capital", de por vida.- Miedo, incertidumbre, desánimo, parece que ni la selección española nos devuelve la confianza. Esos nuevos ricos que hablaba el seleccionador, tiene el nivel muy alto, quizás sea la tabla que aferra el náufrago, para evitar pernsamiento derrotistas y grises. La vana y melíflua esperanza de un pueblo arruinado.- Está todo raro, desconocido, los días nos llevan, no sabemos bien a donde. La rutina y las pequeñas costumbres nos salvan de espirales de las que no sabríamos salir. La travesía del desierto. Y aún así miramos todos los días al cielo, esperando el maná salvador. - Con una mañana como ésta, toda nublada, es normal que los pensmientos sean fríos y grises. Esperemos que como bien sabíamos de niños, a una mañana de niebla, le siga una tarde de paseo. Aunque como están las cosas, ni los viejos refranes tienen ya validez.